Estos son los edificios de la primera década de Casa Decor en Madrid
El 2022 ya está aquí. Un año muy especial para Casa Decor porque celebramos, junto a todos los amantes del diseño y el interiorismo, su 30 aniversario. A lo largo de estas tres décadas, Casa Decor se ha convertido en un referente de decoración en España; una Exposición de interiorismo única en Europa donde, edición tras edición, se dan a conocer a grandes profesionales y se presentan nuevas tendencias, productos, materiales y formas de vivir.
Pero, sin duda, uno de los aspectos que hacen de Casa Decor un evento tan excepcional es su singular formato, y es que cada edición se celebra en un edificio diferente: todos, construcciones icónicas y emblemáticas que ya forman parte de la historia de Casa Decor. En este post, repasamos los 8 primeros, los que acogieron las ediciones de 1992 a 1999 de Madrid.
General Oraá 17
Construido a principios del siglo XX por el arquitecto Luis Sanz de los Terreros, el convento de teresianas sirvió, además, como base para el juego de palabras con el que se promocionaba la muestra: «La decoración hace milagros». Y así fue, porque más de 20.000 personas visitaron los 30 espacios propuestos por 46 profesionales, tanto de la decoración como de empresas relacionadas con el sector. Muchos de ellos siguieron y siguen participando en ediciones posteriores. Entre ellos, grandes figuras del interiorismo como Javier Muñoz, Manuel Figueroa, Paco Muñoz o Pascua Ortega, que recibió el Premio de Honor en 2016.
Príncipe de Vergara 51
Este año se eligió como sede un palacete de los años 20, situado en el señorial barrio de Salamanca, obra del arquitecto Fernando Escondrinas. Con cuatro plantas, dos torres y un jardín, ofrecía 33 espacios en los que se incluían un restaurante, una tienda y varios torreones y terrazas.
Casa Decor se abría al exterior, y el paisajismo pasaba a formar parte integrante de la decoración. 54 profesionales se unieron a esta cita en la que se detectan las primeras reinterpretaciones de las líneas clásicas, vistiendo muebles y complementos de colores alegres. En salones y dormitorios las piezas antiguas encuentran su mejor acomodo, la elegancia de la madera se deja notar y, sin lugar a dudas, se buscan efectos cálidos y elegantes para conseguir un clima muy acogedor. Se nota más desenvoltura y libertad en los proyectos decorativos
En Casa Decor 1993 se estrenaban en Casa Decor interioristas de la talla de Javier Castilla, Premio de Honor 2017 y Luis Galliussi, y figuras como Icíar de la Concha, Isabel López Quesada, Javier Muñoz o Manuel Figueroa presentaron su segundo proyecto decorativo en Casa Decor.
Velázquez 63
Un edificio, situado junto al parque de El Retiro, de principios del siglo XX, acogía una nueva edición de Casa Decor. Construido por el arquitecto Tomás Gómez-Acebo en 1905, con su porte palaciego propiciaba la creación de estilos clásicos. Por eso, los 56 profesionales que decoraron los 33 espacios propuestos los vistieron de gala con textiles refinados, ricos y elaborados; arañas que colgaban de los techos; elegantes cómodas; lencerías muy cuidadas. Pero sobre todo se dejaron notar los detalles venidos de países lejanos en algunos ambientes en los que ponían un sello muy personal. También cabe destacar la importancia que iba ganando la iluminación, ofreciendo soluciones muy interesantes y novedosas en los espacios en los que dejaba ver claramente su presencia.
Teresa Sapey y Javier Castilla participaban por primera vez en Casa Decor.
Goya 43
En la intersección de las calles Velázquez y Goya, en un palacio neoclásico construido en 1884 por el arquitecto David Ruiz Jareño tuvo lugar Casa Decor 1996. En él 51 profesionales convirtieron 33 espacios en todo tipo de espacios, entre los cuales dominaron los ambientes clásicos revestidos con tintes de modernidad. Las piezas de diseño en ambientes tradicionales y el toque oriental fueron tendencias en auge. Los cuartos de baño dejaban en el olvido los lavabos de porcelana, las cocinas se modernizaban con nuevos materiales y soluciones más prácticas, las zonas comunes resultaban menos agobiantes, las piezas clásicas se reinterpretaban y, sobre todo, se empezaban a considerar los metros cuadrados habitables como un bien muy preciado y valioso al que había que sacarle partido.
Ese año participaron grandes profesionales como Pascua Ortega, Luis Galliussi, Isabel López-Quesada, Teresa Sapey, Icíar de la Concha, Catherine Grenier, Maraya Meseguer, Nacho James, Manuel Figueroa, Javier Muñoz y Javier Castilla, entre otros.
Almagro 5
Un casón neoclásico de los años 20, antigua sede del Instituto Británico, ofrecía con sus grandes espacios la posibilidad de crear los estilos más diversos en Casa Decor 1997. Triunfaron el eclecticismo y la flexibilidad; primaron las mezclas osadas; los ambientes se volvieron cosmopolitas y se vistieron con piezas de países lejanos y exóticos; el clasicismo se renovó con nuevas interpretaciones; las paredes se pintaron en distintos tonos. El talento de los profesionales quedó demostrado con creces sobre unos proyectos repletos de imaginación, que dieron lugar a controversias y contrastes interesantes, pero que, sobre todo, resultaron útiles. Los objetos étnicos, los detalles exquisitos y las bolas decorativas marcaron la tónica de esta edición.
La diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada y el interiorista Gaspar Sobrino se estrenaron ese año en Casa Decor.
Eduardo Dato 18
A. Ferreras y M. Carderera fueron los arquitectos encargados de proyectar el palecete decimonónico en el que se celebró Casa Decor 1998. Entre los 33 espacios decorados por 47 interioristas destacaban los contrastes, la versatilidad y el inicio del diálogo entre lo tradicional y la innovación. La estética industrial empezaba a notarse como tendencia decorativa, al mismo tiempo que comenzaba a abrirse camino la simplicidad y la pureza de líneas: minimalismo fue la palabra clave. Los ambientes se tornaron monocromáticos, la funcionalidad se conjugó con la elegancia, se recuperaron piezas de emblemáticas de principios del siglo XX, y los muebles de diferentes orígenes, los objetos de países lejanos y la tendencia oriental y cosmopolita siguieron dando que hablar.
Dos grandes del panorama actual como son Tomás Alía y Pepe Leal participaron con su primer proyecto para Casa Decor.
Almagro 5
Por segunda vez se celebró Casa Decor en la antigua sede del Instituto Británico. 57 decoradores transformaron sus seis plantas en 37 espacios que reflejaban los cambios que imponía el fin de milenio. En ellos convivieron el barroco con el minimalismo, y los objetos de coleccionismo con algunas piezas de depurada estética. En los textiles, el boom lo marcaron las chenillas para las tapicerías, y el hilo y el lino para las cortinas. Las ideas más vanguardistas se vieron en los cuartos de baño y en las cocinas. También la iluminación cobró una especial importancia con sistemas bien planteados y sugerentes, que incorporaron a las lámparas de sobremesa, techo y apliques lo último en tecnología y diseño. Comenzaba a tomar auge la fotografía como elemento decorativo. Estábamos en los albores de la era digital y Casa Decor se adelantaba.
Fue la primera edición de Luis Puerta. Ágatha Ruiz de la Prada, Pascua Ortega, Diego Rodríguez, Javier Muñoz Brandón, Tomás Alía, Isabel López-Quesada, Pepe Leal y Teresa Sapey fueron algunos de los profesionales que quisieron acompañarnos una edición más.