Paseamos por Francisco Silvela, una vía emblemática de Madrid
Cuando Casa Decor anunció la semana pasada la ubicación de Casa Decor 2024, el Palacio de la Trinidad, situado en la calle Francisco Silvela 82, para celebrar su 59ª edición, tuvimos claro que entrábamos, una vez más, a formar parte del día a día de una de las arterias urbanas más emblemáticas de la capital.
En los siguientes meses, mientras que cada espacio de la Casa va tomando forma y avanza «sin prisa, pero sin pausa», como si fuesen pequeñas partes de un todo que conviven dentro del singular engranaje que es Casa Decor, no nos hemos podido resistir a salir a la calle y dar un largo paseo por Francisco Silvela para descubrir algunos de los lugares y edificios más interesantes e imprescindibles que podréis contemplar y disfrutar después de vuestra visita a la Exposición.
Plaza de Manuel Becerra
Desde que en 1915, el tramo del inacabado Paseo de Ronda, que fue una suerte de M-20, recibiera el nombre de Francisco Silvela, esta calle ha cambiado mucho. Su arquitectura refleja la evolución de la ciudad, con edificios que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad. Con numerosos puntos de interés, también destaca por su proximidad a importantes vías de comunicación y transporte, lo que la convierte en una ubicación privilegiada para visitar en Madrid. En esta ocasión, iniciamos el paseo desde la parte que comienza en la plaza de Manuel Becerra hasta llegar a nuestro destino: el Palacio de la Trinidad.
Manuel Becerra, esa anchísima glorieta atravesada por la calle de Alcalá, se denominó plaza de la Alegría hasta 1906, cuando pasó a llamarse con el nombre del matemático y político decimonónico, muerto en Madrid en 1896. Ya en 1961, por sugerencia del periodista Julián Cortés Cavanillas, corresponsal entonces de ABC en Roma, se rebautizó con el nombre de la capital italiana, que llevaría hasta, ya en democracia, recuperar el de Manuel Becerra en 1980.
Siempre bulliciosa, con enorme tráfico de automóviles y autobuses, a lo largo de décadas la plaza se ha ido rodeando de edificios variopintos, destacando uno que se había empezado a construir en los años 30, en un claro estilo art déco, tan de la época: el Universal Cinema, cuyo primer arquitecto es desconocido. Como tantos cines, perdió ese uso, pasando a sala de música hacia 1980.
Como amplia plaza que es, está plagada de comercios y otros establecimientos, hasta una clásica churrería. Con múltiples terrazas para tomar el apertivo o comer, también cuenta hamburgueserías de cadenas, sin demasiado interés. Quizá la mejor apuesta, sea el restaurante Falling Leaves, que ofrece espectáculo musical varias noches por semana.
Parroquia y parque sin salir de la plaza
Antes de emprender el camino hacia el Palacio de la Trinidad, hay que detenerse en la visita de la Parroquia de Nta. Sra. de Covadonga y el parque de Eva Perón. El terreno que hoy ocupan iglesia y parque fue inicialmente una finca propiedad de Francisco Nogueras, siendo conocida como quinta de Nogueras o de los Leones.
La iglesia parroquil «de sencilla traza» fue obra de Joaquín María Fernández y Menéndez-Valdés, iniciada en el año 1913 y finalizada por Diego de Orbe, se inauguró en junio de 1915. Muy dañada durante la Guerra Civil, ya que fue incendiada en 1936, su reconstrucción en 1953 le dio otro aspecto, moderno y racionalista, obra de Manuel Muñoz Monasterio. En el altar mayor se venera a la virgen de Covadonga, bajo cuya advocación de halla el templo.
Adjunto a la propia plaza se encuentra el parque de María Eva Duarte de Perón, así bautizado cuando Evita visitó Madrid en 1947. La estructura del parque es clásica, con una traza en cruz de dos avenidas principales. Una de las avenidas, la longitunidal, está dominada por dos fuentes. La otra, comienza con el monumento a Eva Perón y muere en la fuente principal. Una segunda fuente, situada en el centro del parque, es mucho más antigua que el parque y se instaló en su ubicación actual tras ser retirada de la Plaza de Cascorro.
Casa-cuna de Nuestra Señora de las Mercedes
Salimos del parque por la calle de Francisco Silvela y en la esquina a la Avenida de los Toreros, nos topamos con un pequeño edificio que, sin duda, llama la atención. Tiene algo especial que lo distingue del resto de los edificios próximos. Se trata de una muestra de la arquitectura racionalista que tantos magníficos ejemplos tiene esta calle de Madrid
Obra del arquitecto madrileño Luis Gutiérrez Soto, se construyó entre los años 1934-36 y su proyecto se corresponde con el Racionalismo propio de la época, de la cual Gutiérrez Soto es uno de sus fieles representantes. En este edificio se repiten algunos elementos formales de la corriente racionalista: esquina curva, óculos, guardapolvos, ventanas corridas, etc. que se aplican con cierta moderación pero con un resultado magnífico.
Desde que se edificó este inmueble que se destinó a “Casa-cuna”, gestionado por las Hermanas de la Caridad se han sucedido varios acontecimientos hasta su estado actual. Recién finalizada la Guerra Civil, en el año 1940 y hasta 1976, el edificio fue destinado a colegio con el nombre de “Colegio de Nuestra Señora de las Mercedes”, para niños y niñas huérfanos de militares. Tras cerrarse el colegio de huerfanos de militares y haber sido abandonado durante mucho tiempo, hoy día es un edificio residencial.
Cines Victoria, tristemente desaparecidos
Seguimos caminando y unos números más arriba de esta calle inmensamente comercial, en el nudo de Diego de León, el arquitecto Luis Gutiérrez Soto vuelve a aparecer en nuestro recorrido, en esta ocasión con la construcción de un edificio destinado a cinematógrafo y sala de fiestas en un proyecto que data de 1935 que no vería la luz hasta finalizada la contienda. El cine que en un principio se pretendía llamar Ronda debido a sus situación, se terminó llamando Victoria, muy posiblemente influenciado por el momento político en el que nació.
El edificio se construyo en un solar de forma ligeramente trapezoidal en esquina y con fachada a Francisco Silvela y a la de José Picón. Gutiérrez Soto volvió a realizar una magnífica obra esta vez más influenciada por las corrientes racionalistas que en sus anteriores obras en las que se demostró un expresionismo más radical.
En un principio se crea un proyecto fechado en 1935 donde la curva y las grandes franjas horizontales estaban patentes en sus fachadas, pero pasada la contienda se realizan algunas modificaciones sobre el proyecto creando unas fachadas más limpias, altas y sin casi detalles ornamentales. Cuando paséis por allí, recordad sus orígenes.
Edificio Iberia
Finalizamos nuestro breve pero intenso paseo por Francisco Silvela para detenernos en el cruce con la Avenida de América. Aquí, pared con pared, junto a nuestro Palacete se levanta el Edificio Bancaya, también conocido como Torre Iberia. Se trata de un edificio residencial, que fue construido entre 1947 y 1953, siendo en ese momento el tercer edificio más alto de la capital, tras el Edificio España y el Edificio Telefónica. Frente al intercambiador de Avenida de América, es uno de los edificios con una destacada presencia volumétrica que lo hace erigirse como hito urbano dentro del distrito de Salamanca. En su azotea se encuentra instalado un cartel publicitario de la aerolínea Iberia.
Obra del arquitecto madrileño Ignacio de Cárdenas Pastor en colaboración con su sobrino Gonzalo de Cárdenas Rodriúez, este grupo de siete edificios supone una de las primeras promociones de viviendas decididamente «modernas» que se levantan en el Madrid de posguerra.
Pequeño homenaje
Permitidnos que antes de dar por concluido nuestro paseo, rindamos un pequeño homenaje a uno de los espacios hosteleros que ocupaba el chaflán del edificio Bancaya. Llevaba en este lugar desde 1966: es el bar cafetería y pastelería Hontanares, todo un referente en esta zona del barrio de Salamanca, que se vió obligado a cerrar por culpa de la Covid-19.
Curiosamente, este local que contaba incluso con obrador propio y terraza había resistido todos los embates económicos en estas cinco décadas. Tanto que no había cerrado ni un solo día, siempre atendiendo a los residentes de la zona y viajeros de toda España que llegaban al intercambiador y se acercaban a su espacio estrella, una barra de 30 metros de largo, para tomar el primer café de la mañana, sus platos combinados y sus tapillas de media mañana, así como las copas de las últimas horas del día. Hoy su lugar lo ocupa la cadena de restaurantes Vips.
Ya sabemos que nos queda mucho por ver, que seguro nos hemos dejado en el camino infinidad de atractivos espacios y edificios que quizás hayáis echado de menos, lo sabemos. De momento, volvemos a nuestra Casa para proseguir con nuestro trabajo hasta acabar los más de 50 proyectos decorativos que se pondrán muy pronto en marcha y que culminarán en una nueva edición única y sorprendente.
¡Os esperamos a partir del 11 de abril! en Franciso Silvela, 82