Barrio de las Letras: tradición, diseño y creatividad en el centro de Madrid
16 / 12 / 2025
Nacho Uribesalazar para Casa Decor
El Barrio de las Letras ha sido históricamente un lugar elegido por creadores. Primero por escritores y dramaturgos del Siglo de Oro y, en la actualidad, por profesionales del mundo del interiorismo y la moda.
Como ya sabéis, en 2026 acogerá una nueva edición de Casa Decor, uno de los eventos de interiorismo, diseño y arquitectura más influyentes del mundo, en el Palacio del marqués de Vélez y conde de Niebla, la última casa palacio construida en este entorno y una de las últimas supervivientes una vez destruido el cercano Palacio Xifré.
Situado en pleno centro de Madrid, entre Sol, Atocha y el Paseo del Prado, el Barrio de las Letras combina patrimonio histórico, actividad cultural y una vida urbana muy consolidada, convirtiéndose en un enclave especialmente atractivo para el mundo del interiorismo y la creatividad.
Mapa del Barrio de las Letras de Madrid ilustrado por Fernando Vicente (www.fernandovicente.es)
Un enclave privilegiado y lleno de referencias
El Barrio de las Letras tiene una delimitación muy clara: la Carrera de San Jerónimo al norte, la calle Atocha al sur, el Paseo del Prado al este y la calle de la Cruz, junto a la plaza de Jacinto Benavente, al oeste. Esta ubicación lo sitúa en un punto estratégico del centro de Madrid, rodeado de algunos de los principales espacios institucionales y culturales de la ciudad. A pocos minutos a pie se encuentran el Congreso de los Diputados y las grandes pinacotecas del Paseo del Prado –Thyssen-Bornemisza, Museo del Prado y Reina Sofía–, integradas en el Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
A pesar de su centralidad, el barrio mantiene una escala urbana cómoda, con calles mayoritariamente peatonales que favorecen el paseo y el uso cotidiano del espacio.
Situado en la calle Príncipe, justo en su paso por la Plaza de Santa Ana, el Teatro Español es uno de los teatros más antiguos del mundo. Comenzó en el siglo XVI como el Corral del Príncipe, donde se estrenaron obras de autores como Lope de Vega, Calderón o Cervantes. Tras varios incendios y reconstrucciones, conserva hoy la fachada y parte de la estructura diseñada por Juan de Villanueva. En el siglo XIX pasó a ser Teatro Nacional y quedó bajo la propiedad del Ayuntamiento de Madrid.En la calle Espoz y Mina 13 se encuentra la placa al antiguo «Corral de Comedias de la Cruz». El Teatro de la Cruz nació a finales del siglo XVI, cuando las cofradías de la Pasión y de la Soledad compraron un corral en la calle de la Cruz, inaugurado como teatro en 1584. Fue uno de los principales escenarios del Siglo de Oro, donde se representaron obras de autores como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Tirso de Molina. A lo largo de los siglos XVII y XVIII sufrió diversas reformas, destacando la gran remodelación dirigida por Pedro de Ribera, que lo convirtió en un teatro moderno con capacidad para 1.500 espectadores. En el siglo XIX, pese a ser considerado un edificio obsoleto y ordenarse su demolición, siguió activo como Teatro del Drama hasta su derribo definitivo en 1859. Durante su historia acogió estrenos fundamentales, como El sí de las niñas de Moratín y numerosas obras de José Zorrilla, además de contar con algunos de los actores más destacados de la escena española del momento. Foto: Turismo de Madrid.En 1835 se encargó al escultor Antonio Solá una estatua de Cervantes, la primera dedicada en Madrid a una figura no religiosa ni de la realeza, siguiendo la tendencia europea de homenajear a creadores y científicos. Inicialmente se instaló en el Palacio de la Cruzada, pero ese mismo año fue trasladada a la Plaza de las Cortes, cerca de donde Cervantes pasó sus últimos años. En 2009 se halló en su base una cápsula del tiempo con ediciones antiguas del Quijote, un libro sobre su vida y diversos objetos, hoy conservados en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares. Foto: Turismo de Madrid.Miguel de Cervantes vivió y murió en la actual calle Cervantes, donde también se encuentra la casa de Lope de Vega, y sus restos descansan en el convento de las Trinitarias, en la calle Lope de Vega. En 1833, pese a los intentos de Ramón de Mesonero Romanos y del rey Fernando VII por evitarlo, la casa donde falleció el escritor fue demolida. En el nuevo edificio se colocó un relieve conmemorativo y se cambió el nombre de la antigua calle de Francos por el de calle de Cervantes, que se mantiene hasta hoy. Foto: Turismo de Madrid.El convento de las Trinitarias, en la calle Lope de Vega 18, fue fundado en 1612. El edificio original fue sustituido por el actual templo barroco, construido a partir de 1668, y el convento se completó en el siglo XVIII. De arquitectura sobria, conserva una iglesia de una sola nave con retablo barroco, además de claustro y celdas. Frente al Convento de las Trinitarias, haciendo esquina con la calle Lope de Vega, se encuentra la que fue casa de Francisco de Quevedo, recordada hoy por una placa conmemorativa instalada en 1945. El escritor vivió allí desde 1620, en pleno Barrio de las Letras, entonces un animado entorno de corrales de comedia y tabernas frecuentadas por artistas. Como curiosa anécdota, la vivienda había sido ocupada antes por Luis de Góngora, a quien Quevedo compró la casa con la intención de desahuciarlo, algo que ocurrió finalmente en 1625 por impago. Foto: Turismo de Madrid.La Casa de Lope de Vega, en la calle de Cervantes, es una vivienda del siglo XVI que el escritor compró en 1610 y habitó hasta su muerte en 1635. Declarada monumento en 1935, fue inaugurada como museo tras una cuidada reconstrucción que devolvió al edificio su aspecto original, después de siglos de transformaciones. El museo recrea las estancias tal como las conoció Lope –incluidos su estudio, el oratorio y el huerto– y conserva algunos muebles y objetos auténticos del escritor, junto a obras de arte y ediciones de su época. La casa ofrece una evocación de la vida cotidiana del Siglo de Oro y puede visitarse únicamente mediante visitas guiadas con reserva previa. Foto: Turismo de Madrid.María Calderón, conocida como la Calderona, fue una destacada actriz del siglo XVII cuya carrera quedó truncada tras su relación con el rey Felipe IV, que la apartó de los escenarios y la obligó a ingresar en un convento, donde murió en 1646. Junto a ella destacaron María Riquelme y María de Córdoba, conocidas como las Tres Marías, consideradas entre las mejores actrices de su tiempo. María Calderón peinándose en un cuadro de autoría anónima (Convento de las Descalzas Reales/Patrimonio Nacional). Desde la Plaza de Santa Ana, famosa por sus terrazas y bares de tapas, discurren en pendiente hasta el Paseo del Prado calles como la de Huertas, cuyos adoquines llevan grabadas citas de grandes escritores en castellano. Foto: Turismo de MadridEl primer sábado de cada mes se celebra el Mercado de las ranas. Los comercios del barrio sacan lo mejor de sus estanterías a las calles de esta zona. Una ocasión perfecta para perderse en sus calles en busca de lo inesperado.
De las huertas al barrio literario
Durante los siglos XVI y XVII, la zona que hoy conocemos como Barrio de las Letras estaba ocupada por huertos y campos que separaban la villa de Madrid del Paseo del Prado y del Buen Retiro. Poco a poco, con la urbanización, esas calles empezaron a llenarse de escritores, dramaturgos y artistas del teatro que buscaban un lugar donde convivieran la creatividad y la vida social. Entre tabernas, corrales de comedias —como el del Príncipe, hoy Teatro Español, o el de la Cruz— y una energía cultural desbordante, el barrio se convirtió en un auténtico hervidero de talento.
Fue entonces cuando empezó a llamarse Barrio de las Letras, aunque algunos lo conocieron también como Barrio de los Comediantes o Barrio de las Musas, reflejo de la intensa actividad teatral y literaria. Aquí compartieron calles, estrenos y hasta rivalidades gigantes del Siglo de Oro como Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Góngora, Tirso de Molina o Calderón de la Barca. No estaban solos: mujeres fundamentales para la escena, como María de Córdoba o María Calderón, también dejaron su huella.
Con los siglos, la magia del barrio no se apagó. En el siglo XX, autores como Federico García Lorca,Carmen Martín Gaite o Terenci Moix también eligieron estas calles para vivir y crear. Y hoy, esa historia sigue latiendo en cada adoquín, en cada escaparate y en cada rincón.
Hoy, el Barrio de las Letras, que siendo un imán para la creatividad, atrae a interioristas y diseñadores. Así, en la calle Lope de Vega se encuentran, entre otros, los estudios de Pascua Ortega y Belén Domecq; en la Plaza Matute trabaja Erico Navazo; en Santa María, Manuel Espejo ha instalado su espacio creativo, y en la calle Cervantes, Verónica Montijano. Historia, cultura y pulso urbano hacen de este barrio un escenario especialmente inspirador, como estamos seguros que se verá en Casa Decor 2026.
Una zona de Madrid que guarda muchas más sorpresas: rincones que explorar, leyendas y historias que descubrir. En próximos artículos seguiremos recorriendo sus calles para conocer qué visitar y sumergirnos en el pasado y el presente de este barrio que sigue escribiéndose cada día.
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