Detalles que nos enamoran del Palacio de la Trinidad
Poco a poco, vamos descubriendo los maravillosos detalles arquitectónicos y decorativos con que cuenta el Palacio de La Trinidad, una de las pocas edificaciones privadas de esta categoría que aún quedan ocultas en la zona urbana de Madrid. Si hace unos días, os invitamos a pasear por sus espléndidos jardines y os desvelamos algunas de sus estancias de mayor relieve, hoy queremos que conozcáis algunos de esos detalles significativos que hacen mágica a esta casa-palacio. Estamos convencidos de que van a acaparar vuestra atención.
Rejería artística en las fachadas
Antes de entrar al edificio, uno de los detalles que enamoran del Palacio de la Trinidad es la fachada. Decorada profusamente con diversos elementos decorativos neoplaterescos y neobarrocos de aire andaluz: balcones curvos en esquina y con tejadillos, aleros volados, pináculos en las torres, rejería en las ventanas, y especialmente destacable, las dos series de balcones con arquerías corridas en la segunda planta y en el torreón delantero.
En sus fachadas sur y occidental, llama poderosamente la atención el magnífico trabajo de rejería realizado en el amplio balcón de la primera planta, así como en los balcones, miradores y ventanas de las plantas superiores. Son de hierro fundido, cincelados en balaustres y forjado, en las aplicaciones. Profusamente trabajados, para su ejecución se acudió a expertos artesanos y en ellos se pueden observar figuras tenantes, medallones y pequeñas esculturas de dragones alados.
Ya en el interior, el vestíbulo de entrada al Palacio cuenta con un arco con cancela de hierro forjado y techo de bovedillas, que da paso al patio cubierto, cuadrado y de doble altura, en el que desembarca y se introduce la elegante escalera, que os queremos mostrar en ese post.
Antes de pasar a la escalera, no dejéis de mirar al techo para contemplar el monumental lucernario de hierro y cristal con composición geométrica y naturalista, esta en su perímetro y centro, toda de vivos colores, firmada por la Casa Maumejean, una de las más importantes de la época.
Hall principal y escalera
Otro de los detalles que enamoran de este Palacio es la escalera que conduce a la planta principal. La riqueza artística de esta escalera merece, sin duda, nuestra atención. Compuesta por tres tramos en doble ramal, cuenta con un peldañeado de mármol blanco y barandilla de piedra artificial y escayola, con un exuberante trabajo escultórico, realizado por maestros artesanos de primer nivel. Un pórtico superpuesto separa los dos ámbitos, hall y escalera, resuelto en el piso inferior con dos arcos, uno carpanel mayor y otro de medio punto, sobre el primer tramo de peldaños.
En el tramo frontal de la escalera, destaca una vidriera policromada, decorada con el escudo familiar, que inunda de luz natural todo este espacio durante el día. Al igual que el lucernario, es obra de la casa Maumejean.
El juego de alturas de esta amplia zona, permitió la realización de una bóveda octogonal de inspiración neoárabe, de madera tallada y pintada, sobre pechinas unidas por arquillos y un friso decorado de escayola, de cuyo centro pende una artística lámpara, al estilo de los grandes palacios sevillanos.
Esto es solo una pequeña muestra de los sorprendentes espacios del Palacio de la Trinidad. Muchos detalles quedan todavía por descubrir. Esperamos que podáis descubrirlos todos y cada uno de ellos cuando nos visitéis a partir del 11 de abril y hasta el 26 de mayo. ¡Os esperamos!
Fotos: Nacho Uribesalazar para Casa Decor 2024.