Edificios de la segunda década de Casa Decor en Madrid
Pasado y presente dialogan entre los edificios que ya forman parte intrínseca de la esencia histórica de Casa Decor. Unos, decimonónicos llenos de encanto y tradición; otros, más modernos, con vocación funcional e innovadora. Todos ellos, ya sea por su belleza estética o por su carácter innovador, constituyen una parte fundamental de la Exposición en la que, edición tras edición, grandes profesionales del interiorismo y empresas punteras del sector tienen la oportunidad de dejar volar su imaginación y realizar espacios con total libertad creativa.
Quédate y descubre con nosotros los 10 edificios que fueron sedes emblemáticas de las ediciones de 2000 a 2009 en Madrid.

Eduardo Dato, 18
Aunque Casa Decor repetía el edificio de 1998, el palacio del marqués de Albaida (1910), esta primera edición del siglo XXI presentó muchas novedades. Se amplió el número de espacios, de 33 se pasó a 40, y por ende el número de participantes, 67, que decoraron los diferentes espacios diciendo adiós al clasicismo imperante del siglo anterior. Conocimos una nueva generación de muebles y objetos con formas, acabados y diseños más depurados. El exotismo oriental impuso su espíritu y su estética, adaptándose al gusto occidental. Los espacios combinaban elementos, materiales y colores con la manera ordenada y coherente del feng-sui. Triunfaron los estampados de bambú, las mesas con patas curvas y la caligrafía china.

Menéndez Pidal, 3 bis
La edición número 17 de Casa Decor se celebró en los terrenos de la Fundación Olivar de Castillejo, un entorno privilegiado en el centro de Madrid, con 5 hectáreas de olivos y una casa construida en 1920. En este idílico paraje, 45 profesionales dieron vida a los 35 espacios que se realizaron en aquella edición. La primavera madrileña y el amplio jardín que ofrecía la sede invitaron a interioristas y paisajistas a dejarse seducir por la naturaleza, sirviéndose de ella para refrescar la imagen de interiores y exteriores.
El paisajismo y la decoración exterior se convirtieron, por primera vez, en protagonistas absolutos de una edición de Casa Decor. Se consiguieron ambientes muy frescos y relajantes visualmente. En cuanto a los interiores, fue una edición marcada por el ingenio y las ideas brillantes, que dieron lugar a ambientes claros, luminosos y acogedores en el que los objetos decorativos se utilizaron con mesura para no recargarlos. Las líneas rectas de los sofás y el color blanco fueron la tónica de esta edición

Pº de la Castellana, 28
Proyectado por el reconocido arquitecto y urbanista Antonio Palacios, este edificio de principios del siglo XX forma parte de la amplia lista de obras domésticas de casas-palacio que realizó por encargo de familias acomodadas, que cuentan con su sello particular y monumental. Las ideas mostradas en los 50 espacios proyectados por los 76 profesionales participantes demostraron que el edificio debía cuidarse al máximo como como si se tratara del protagonista fundamental.
En Casa Decor 2002 se impusieron los ambientes ordenados y muy sibaritas, para disfrutar del día a día; las estancias íntimas y sugerentes; las piezas de mobiliario únicas, desde butacas francesas estilo Luis XVI, hasta las camas Imperio, pasando por las sillas isabelinas. Destacaron las simetrías, el orden y la elección de materiales nobles. Comenzaba el boom inmobiliario, el lujo moderno estaba a la orden del día y Casa Decor se convirtió en el mejor escaparate posible para descubrirlo.

Pº de la Castellana, 55
En el mismo Paseo de la Castellana, pero unos números más abajo, un edificio construido en 1922 fue el elegido como sede de Casa Decor 2003. Los 90 profesionales que participaron en esta nueva edición mostraron con absoluta fidelidad lo que triunfaba en aquellos momentos: la combinación de lo tradicional con lo contemporáneo, el uso de los tonos rojo, negro, gris y blanco roto; así como la vuelta del metacrilato y la laca. En una gran mayoría de los 53 proyectos presentados, se impusieron las formas ergonómicas, los materiales cromados en lámparas y en objetos decorativos. La luz artificial abandonaba las recargadas lámparas de techo para dar protagonismo a las de sobremesa y pie.
Sin duda, el gran triunfador de esta edición fue el arte contemporáneo, siempre presente en la alta decoración. En esta ocasión, se manifestó como un elemento decorativo de primer orden, poniendo una nota vanguardista y refrescante en los ambientes más convencionales.

Príncipe de Vergara, 15
El edificio de esta edición –Casa de Jacinto Soler– de estilo regionalista, con referencias claras al neorrenacimiento español, fue diseñado por el arquitecto aragonés Joaquín Juncosa Molins. Construido en ladrillo y piedra o falsa piedra blanca, en su fachada destacan los balcones de media luna. En este agraciado marco, participaron 96 profesionales que dieron nueva personalidad a 55 espacios que resultaron los más cosmopolitas de todos los que se habían visto hasta la fecha.
Se mantuvieron los interiores eclécticos y mestizos en los que se fusionaban elementos de distintas procedencias, pero sobre todo destacaba el uso del blanco, que se utilizó en una extensa variedad de matices sobre revestimientos, complementos y textiles. El estilo de los ambientes mezclaba sin pudor elementos clásicos con piezas modernas.

Pº de Recoletos, 20
En el Paseo de Recoletos, esquina con Villanueva, se alza el edificio Restaura (antes Edificio Seguros L’ Union y posteriormente Edificio Seguros AXA). En este inmueble residencial, construido entre 1947 y 1952 a partir de un proyecto del arquitecto César de la Torre Trassierra, se celebró Casa Decor 2005. En la mayoría de los 63 espacios que proyectaron 112 profesionales, se convirtieron en ambientes confortables y cálidos gracias, en gran medida, a una estudiada elección del mobiliario, objetos decorativos, textiles y pavimentos.
Como ayuda para conseguir la sensación de paz y sosiego que reinaba en la Casa, se puso especial cuidado en la iluminación artificial, que se presentaba tamizada y sugerente. A ello contribuyó, la exitosa aparición de las lámparas-escultura que se encontraban salpicadas en los lugares más inusitados, desde colgadas del techo, sobre muebles, hasta reposando en el suelo.

Salustiano Olázaga, 11
En este edificio, con inmejorables vistas sobre la Puerta de Alcalá, se celebró una nueva edición de Casa Decor. Construido en 1890 por el del ilustre arquitecto José Marañón Gómez-Acebo, esta obra residencial se caracteriza por un estilo ecléctico, con referencias neorrenacentistas notables, principalmente en los detalles ornamentales. En aquella ocasión, el color blanco inmaculado ganó la partida en la mayoría de los 54 espacios decorados por 84 profesionales. Los salones se llenaron de muebles bajos, los sofás se volvieron mullidos y cómodos con profusión de almohadones y cojines; en el comedor, el banco corrido era el acompañante prefecto de la mesa; en los dormitorios, las camas se cubrían con boutis de estampado menudo.
Pero si algo destacó en aquella edición fue como la domótica se empezaba a colar en nuestras casas, la tecnología se encastraba en la cocina en forma de horno, cafetera o TV. También se recuperaba la cálida lumbre de las chimeneas que, con diseños más discretos y vanguardistas, ocupaban de nuevo un lugar de privilegio en los salones.

Alcalá, 10
Casa Decor 2007 fue una edición muy especial, no sólo porque cumplía 15 años, sino también porque se realizó en una ubicación privilegiada. Se eligieron tres edificios, situados a pocos metros de la Puerta del Sol y que habían sido sedes centrales de tres de varios bancos. La entrada se realizaba por Alcalá 10, el antiguo Banco Zaragozano, y se salía por el edificio de la Plaza de Canalejas 1.
Los 4.700 m2 con que contaba este complejo, se pusieron al servicio de 109 profesionales que plasmaron sus ideas decorativas en 67 espacios. En esta edición tan especial y con tantos espacios, las propuestas estéticas fueron muchas y muy variadas, imperando los espacios abiertos con todo a la vista. Sorprendió el nuevo uso de las baldosas de cerámica, que abandonaban el solado y alicatados de baños y cocinas, para convertirse en cabeceros de cama, asientos de jardín, separadores de espacios…
Grandes nombres del interiorismo participaron en aquella edición. Entre ellos, Tomás Alía, Javier Muñoz, Javier Castilla, Amelia Arán, Olga López de Vera, Pepe Leal, Rafael Sitges, Diego Rodríguez, entre otros.

Nieremberg, 10-12-14
Situado en el barrio de Chamartín, un imponente edificio de uso industrial, en el que se ejerció la actividad de laboratorios farmacéuticos desde los años 60 hasta el año 2005, ponía 8.000 metros cuadrados a disposición de Casa Decor 2008. Resultó el marco perfecto para concebir nuevas posibilidades de organización, y así se decidió crear una ciudad dentro de la Casa, con todo lo que ello conlleva: calles, tiendas, galerías de arte, jardines y, por supuesto, muchas viviendas.
Pero no solo este imaginativo planteamiento sorprendió a todos cuantos visitaron la Exposición este año, también lo hizo la tecnología, la robótica y las soluciones creativas y dinámicas que se adaptaban a las paredes. Los paramentos se convirtieron en un elemento vital, dinámico y estético, subían, bajaban convirtiéndose en una pantalla gigante de televisión o nos ofrecían paisajes idílicos como telón de fondo. Todo ello se conseguía con solo tocar un botón.

Luchana, 38
Ubicado en pleno corazón del Barrio de Chamberí, junto a la singular Plaza de Olavide, el monumental palacio de Luchana (1912-1915) obra del arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina, fue el escenario escogido para presentar la edición número 41 de Casa Decor. Durante cinco semanas, este imponente palacio de estilo modernista se convirtió en el centro neurálgico de la vanguardia decorativa. Espacios amplios y luminosos que, con su holgadas dimensiones, permitieron lucir en todo su esplendor el trabajo impecable de 75 profesionales del interiorismo, que invirtieron parte de su talento en proyectar la vivienda ideal.
Calidad, excelencia, lujo en los detalles, glamour… Todo eso y mucho más pudieron sentir los visitantes que pasearon por los interiores de la Exposición, donde la estética pop, los años 50 y el diseño nórdico convivieron en armonía, junto a las suites sofisticadas, los espacios de espíritu femenino, las propuestas futuristas y los ambientes infantiles.