Las vidrieras de la Casa de Tomás Allende
La Casa de Tomás Allende destaca, no solo por la belleza de su arquitectura, sino también por sus magníficas vidrieras emplomadas firmadas por la Casa Maumejean, una de las más importantes de la época. La familia Maumejean eran artesanos franceses que desde mediados del siglo XIX y durante tres generaciones fueron extendiendo sus obras y fábricas por medio mundo.
Arte en vidrio
En la maravillosa casa que acogerá la edición de Casa Decor 2021, algunas de las puertas de los balcones están adornadas con vidrieras decoradas con escudos heráldicos en la parte superior, aunque son las puertas interiores de la quinta planta las piezas más hermosas, con un delicado emplomado adornado con un medallón central y orla.
En todos los tramos de las escaleras aparece un emblema heráldico con corona imperial, águila bicéfala de alas explayadas y un cuartelado rodeado con el Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro. Dentro del cuartelado, se encuentran los escudos de diferentes reinos del Imperio español: Castilla, León, Aragón, Granada, Sicilia, Borgoña, Brabante, etc.
Las vidrieras historicistas solían situarse en edificios religiosos; las modernas en edificios civiles, y los motivos heráldicos para familias o edificios públicos.
Una familia de maestros vidrieros
El fundador de esta dinastía de vidrieros fue Jules Pierre Maumejean, quien con tan solo 23 años, en 1860 abrió en la localidad francesa de Pau su primer taller dedicado a fabricar vidrieras para iglesias y pinturas murales. Su padre y su abuelo materno eran pintores de loza, por lo que no es extraño que Jules se convirtiera en un diestro pintor sobre vidrio.
En 1868 Jules Mauméjean contrajo matrimonio con Marie Honorine Lalanne, con quien tuvo cinco hijos: Joseph, Henri, León, Marie y Carl. Todos los hijos varones continuaron la trayectoria artística del padre y se convirtieron muy pronto en diestros pintores sobre vidrio.
Empresa artística
Los talleres de Jules Pierre Mauméjean abastecieron de vidrieras a un buen número de edificios religiosos y civiles, como la Catedral de Bayona o el Ayuntamiento de Biarritz, localidad de la costa vasca en la que Jules abrió un taller. Pronto comenzó a recibir encargos del País Vasco y de Madrid. La familia se instaló en la capital en 1897, primero en un taller provisional y, años más tarde, en 1901, en el Paseo de la Castellana, en otro taller a cuyo mando estuvieron José y Enrique Mauméjean, debido a la avanzada edad de su padre, que falleció en 1909. Posteriormente abrieron otros talleres en San Sebastián y en Barcelona.
La familia Mauméjean formó un gran multinacional del vidrio y el mosaico con un innumerable número de obras en España, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Italia, Méjico, EEUU, Argentina, Guinea, Marruecos, Holanda, Suecia, Colombia, Chile, Venezuela, Cuba o Costa Rica.
Labor muy premiada
A lo largo de sus años de existencia, la Casa Maumejean fue premiada en numerosas ocasiones. El fundador Jules Mauméjean recibió medallas del emperador Napoleón III en 1866 y 1869, además de ser nombrado proveedor oficial de la Casa Real de Alfonso XIII.
También fue galardonada con medallas de oro en distintas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, en la sección de arte decorativo entre 1926 y 1927, así como en la Exposición internacional de Barcelona de 1929, y en la Ibero-Americana de Sevilla de 1930.
Fuera de España, obtuvo premios en la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925 y en la Exposición Colonial de la misma ciudad en 1931. En 1926, José Maumejean fue nombrado Caballero de la Legión de Honor de Francia, su máxima condecoración.
Fotografías: Nacho Uribesalazar para Casa Decor