Paco Muñoz, maestro del diseño y la decoración de interiores
Su vitalidad, visión de futuro, ingenio y creatividad hicieron de Francisco Muñoz Cabrero, Paco Muñoz, un hombre polivalente y polifacético, con una vertiente artística muy acusada y una faceta empresarial sobresaliente. Decorador y diseñador de interiores y mobiliario, Paco Muñoz dedicó su vida a la construcción de la belleza doméstica. Más de 50 años consagrados al arte de conjugar la urbanidad y el buen gusto en la intimidad del hogar.
En octubre de 1992, formó parte del mejor grupo de interioristas españoles de primera fila que se encerró en un coqueto palacete de la calle General Oráa de Madrid para acometer un proyecto nunca visto hasta entonces. Las paredes de aquel edificio contemplaron el buen gusto y la lucidez de nombres tan míticos como Duarte Pinto Coelho, Rafa Sitges, Jaime Parladé, Pascua Ortega o el propio Paco Muñoz, entre otros. Aunque, en un principio, muchos dudaban del éxito de tan curiosa iniciativa por la capacidad de colaboración o por cierto divismo de sus integrantes, resultó todo lo contrario y se convirtió en una genial escuela de interiorismo.
Aquel primer encuentro de profesionales constituyó todo un éxito y forjó los cimientos que han llevado a Casa Decor a consolidarse año tras año como plataforma de referencia del interiorismo español y europeo. Muchos de los mejores profesionales que trabajan hoy en nuestro país y fuera de él se dieron a conocer en alguna de las 54 ediciones de la Exposición.
Después de aquella primera experiencia, Paco Muñoz participó en varias ediciones de Casa Decor. Sus espacios siempre fueron puntos neurálgicos en el recorrido de la Exposición, pues los visitantes encontraban en sus ambientes un derroche de creatividad, buen gusto, tendencia y sofisticación. Organizaba escenarios como quien cuenta una historia de un navegante errante que hace acopio de todo cuanto encuentra en sus viajes. Una profusión de muebles y objetos que de ninguna manera estaban dispuestos de forma caprichosa. Porque nada en sus decoraciones era aleatorio, aunque sí espontáneo.
Ahora que se ha cumplido el décimo aniversario de su fallecimiento (Pedraza, noviembre de 2009), queremos recordar la figura de este maestro indiscutible del diseño y del interiorismo español, haciendo un recorrido vital por aquellos lugares que tocó con su mano dotada de genialidad.
Casa&Jardín
Nacido en Santander, en 1925, a los 14 años comienza su andadura en las artes cuando se inscribe a clases de pintura, lo que le llevará, años más tarde, a matricularse en la Escuela Técnica superior de Arquitectura de Madrid. Después de seis años, decide abandonar los estudios porque, según ha contado alguna vez Muñoz, los profesores argumentaban que no sabía dibujar. Una renuncia que fue secundada por su amigo y compañero Chillida, así como por otros artistas, como José María Labra, Miguel Berrocal, Moreno de Cala y Fernando Alonso Martínez.
Paco Muñoz quiso probar también en la Escuela de Cine, en 1949, pero en el segundo año tuvo que abandonarla por falta de alumnos, así que se inclinó por el mundo del interiorismo y el diseño de muebles, creando el célebre estudio de decoración Casa&Jardín, en 1951, junto a Fernando Alonso Martínez, quien había sido su compañero y amigo en la Escuela de Arquitectura.
Este estudio se convirtió en un rotundo éxito y Paco Muñoz desplegó sus mejores ideas para ambientar espacios en los que habitaban personajes ilustres de la época como jefes de estado, príncipes, millonarios y otras celebridades. Como ejemplo, colaboró con las principales firmas internacionales de decoración en proyectos de casas de jefes de Estado, millonarios, artistas y famosos, y fue también uno de los decoradores del Pabellón del Príncipe don Felipe de Borbón, cerca del palacio de la Zarzuela, donde el hoy Felipe VI reside junto a la reina Letizia y sus hijas.
Casa&Jardín fue pionera en el diseño del mueble actual y en la decoración de interiores en una época donde «no se decoraba, tan solo se amueblaba». La empresa logró sobrevivir, continuando a flote hasta el final de sus días, a aquellos años pacatos y faltos de imaginación, pues de alguna manera sutil logró conectar con el público ofreciendo decoración actual, atendiendo a las tendencias, pero sin descuidar el gusto clásico. Así, en Casa&Jardín, materiales tradicionales como el cuero, el cristal o la madera, son recreados en nuevos usos, innovadores y sofisticados, para generar objetos únicos. Los escaparates de sus tiendas eran pequeños escenarios llenos de historias, que él montaba personalmente. Esta conexión permanente entre mundo interior (Casa) y vida en el campo (Jardín), queda sintetizada en el uso de los materiales.
Darro, baluarte de la modernidad
A finales de los años cincuenta, en 1959, Paco Muñoz y su socio Fernando Alonso, considerados por aquel entonces empresarios de éxito, estaban dispuestos a modernizar los interiores domésticos de la España de postguerra. Con el objetivo de atender a la producción en serie de muebles y de suministrar diseños modernos exclusivos (incluyendo lámparas, vajillas y elementos decorativos), nació la empresa de muebles Darro. Situada en pleno barrio de Salamanca, centro neurálgico de las nuevas corrientes del diseño y de las galerías de arte moderno, Darro era una tienda destinada a la exposición y venta de muebles y objetos decorativos modernos y exclusivos de producción propia diseñados por sus fundadores y por algunos de los más destacados arquitectos del incipiente panorama moderno de entonces. Una selecta colección de diseños nórdicos y de la firma italiana Arflex completaban el ambiente de modernidad y exclusividad.
Paco Muñoz concibió el espacio de Darro como un showroom donde los muebles se combinaban para construir sugerencias de uso a modo de guía para el cliente. Se trataba de enseñar al público a usar un mobiliario nuevo, concebido para pisos que empezaban a tener menos superficie que los tradicionales.
Los nombres de Muñoz y Darro están ligados, sobre todo, a un icono del diseño de mobiliario español: la silla Riaza, diseñada por Paco Muñoz en 1959, que reelabora en términos minimalistas y artesanos el tradicional sillón frailero español. Se trata de un armazón de madera de nogal sobre el que una pieza de cuero cosida a mano forma asiento y respaldo, y se tensa por medio de una cincha abrochada por debajo con dos hebillas.
De Darro salieron numerosas piezas singulares para la casa: mesas, sillas, butacas, carritos auxiliares aparadores, camareras, camas… Pero también para oficinas privadas y para la administración, con mesas de trabajo y cajoneras o escritorios de nogal de gran ligereza visual. Han pasado sesenta años desde la inauguración de Darro y cuarenta desde su clausura (1959-1979) dos décadas dedicadas al diseño y al arte de vanguardia que se revelan hoy como una de las aventuras más sólidas y trascendentales de la modernidad española.
Pedraza, eje vital de su vida
En la localidad segoviana de Pedraza, donde falleció a los 84 años, Paco Muñoz ideó multitud de proyectos, acabados e inacabados, pero en todos ellos vertió gran energía e innovación. La estampa arquitectónica que presenta hoy la ciudad, con los palacios y las plazas de piedra, tienen una clara huella del interiorista cántabro. Muñoz, de hecho, creó en Pedraza dos empresas para dotar de vida económica y turística a la ciudad. Estas empresas se dedican al mobiliario rústico, ropa de cama, adornos y complementos para el hogar. Además, su sede social son casas rehabilitadas por el propio decorador.
La primera de ellas, Estaños de Pedraza, es una escuela-taller que sirvió a finales de los 60 para dar un oficio a los jóvenes del pueblo y, por tanto, la posibilidad de seguir viviendo en el lugar donde nacieron. Y, aunque hoy la actividad del taller no se mueve a la misma velocidad que años atrás, se siguen fabricando preciosos objetos y vajillas de estaño fundido, elaborados por los artesanos locales en moldes tradicionales de arena.
Tienda Denatura. En este caso, se trata de una casa palacio construida en el siglo XVII, que Paco Muñoz rehabilitó en los años 70 para transformarla en tienda de muebles que se mantuvo hasta el 2011. Allí el interiorista puso todo su saber como arquitecto de interiores, diseñando una elaborada estructura de madera de pino de Balsaín, que dotó de una fuerte personalidad el interior. Pero esto no hubiera sido posible sin la colaboración de su segunda esposa Sabine Déroulède, que trabajó a su lado compartiendo su visión de mundo, estética refinada, a partir de elementos sencillos y populares. Actualmente De Natura es la base de operaciones del catering de Samantha Vallejo-Nájera, hija del primer matrimonio de Sabine, donde se celebran todo tipo de eventos que organiza la mediática chef.
También promovió muchas rehabilitaciones de casa abandonadas del pueblo, que se suman a las casonas decoradas con exquisitez por Paco Muñoz para ser dedicadas a hoteles y posadas. Por todo ello, el ayuntamiento de Pedraza le concedió el título de hijo adoptivo en 1995. Su magnífica casa de Pedraza, donde instaló su colección de cuadros de los mejores pintores abstractos españoles, aúna todos los fundamentos que quiso instaurar en la villa segoviana, a la que sin duda inyectó su gran vitalidad.