Mandalay decora el restaurante La Morena de Madrid
El interiorista y anticuario Fran Cassinello, al frente de su equipo de Mandalay, ha sido el encargado del proyecto de interiorismo y decoración del restaurante La Morena, trasladando el singular mundo marino de las aguas de Tarifa a Madrid.
Ubicado en el número 210 del Paseo de la Castellana, en el gastronómico barrio de Chamartín, el interiorista ha logrado una versión 2.0 de La Morena de Tarifa, adaptándolo a la capital sin perder su esencia y manteniendo su espíritu atlántico que huele y sabe a mar.
Para ello, ha elegido una paleta de tonos marítimos donde predominan los azules, turquesas y verdes que, en esta ocasión, se han mezclado con tonos blancos y dorados que aportan la calidez, luz y lujo con intención de adaptarse al nuevo entorno.
Así es el diseño de La Morena
En la sala principal, el eje central es la gran barra, con encimera y suelo de piedra veteada unidos por perfiles dorados, en la que se pueden degustar múltiples opciones de refrescos, vinos y sus cócteles de autor. A su alrededor, se han creado distintos ambientes donde disfrutar de las deliciosas propuestas de La Morena. A un lado, una zona de mesas bajas muy íntima, diseñada para tomar el aperitivo o como cafetería; al otro lado de la barra, se encuentra un comedor privado para pequeñas reuniones. Un imaginativo suelo revestido con pequeñas piezas de cerámica, que brillan como si estuvieran mojadas por el agua, consigue crear la sensación de estar en una playa de Tarifa, mientras se disfruta de la comida.
Pero, sin duda la zona más espectacular de la sala principal es el amplio salón-comedor, un ambiente exuberante decorado con un papel de motivos florales y vegetales, espejos redondos de gran tamaño, y lleno de luz a golpe de modernos apliques.
Sala superior
La Morena no solo es un restaurante para disfrutar de platos deliciosos, sino también un relajado destino donde los clientes pueden reunirse para celebrar eventos empresariales, fiestas, reuniones privadas, proyecciones… Convirtiéndose también en el lugar perfecto para largas sobremesas y quedadas con amigos tomando un café o una copa y contemplando unas inmejorables vistas al Paseo de la Castellana.
Con estas premisas, ha trabajado Fran Cassinello en la creación de este ambiente, incorporando una zona polivalente, cuidadosamente pensada para fomentar la convivencia, y otra con pequeños reservados para compartir momentos íntimos.
Sin olvidar la alegoría marina con la que se ha concebido todo el local, el cuidado y la atención al detalle de este espacio son un festín para los sentidos. Especial mención merece la gran alfombra que cubre completamente el suelo, que reproduce los colores y el movimiento de las olas del mar.
El baño,
Planteado como una prolongación de la experiencia del propio restaurante, el baño está en sintonía con el resto de la propuesta de interiorismo. Presidido por una zona de lavabo y tocador central conjunta, para hombres y mujeres, basa su éxito decorativo en la perfecta conjunción cromática, un estudiado juego de luces y los espejos cubriendo toda la pared, suscitando un ambiente de ensueño.
Además, hay algo que llama poderosamente la atención en este espacio. Al equipo de Mandalay se le ha ocurrido crear una experiencia original y divertida que sorprende más allá del uso tradicional del baño. Dos grandes murales de neón, con alas de ángel en uno y, enfrentadas las de demonio en otro, generan ese efecto #instagrameable que está tan de moda. El fondo perfecto para ir con la cámara del móvil en la mano y elegir el que más te identifique, o los dos, como ha hecho Fran Cassinello. ¿Cuál subirá a sus redes sociales?
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La Morena. Paseo de la Castellana, 210.
Proyecto decorativo: Fran Cassinello-equipo Mandalay Interiorismo
Fotos: cortesía de Mandalay