Iris Apfel, icono de moda y leyenda viva de la decoración de interiores
La fama mundial le llegó a los 84 años, cuando en 2005 fue protagonista de una gran exposición de su colección de ropa y joyas de alta costura en el MET de Nueva York, Iris Apfel: rara avis. Allí se pudieron ver más de 80 piezas de su peculiar y atractiva colección: Dior, Dolce & Gabbana, Nina Ricci, Lanvin, etc. Sin embargo, muchos años atrás, esta nonagenaria de pelo blanco, labios perfilados en rojo y enormes gafas redondas de pasta negra, ya era todo un personaje de la sociedad neoyorquina y toda una eminencia en la decoración de interiores, gracias a la exquisita firma de textiles y diseño interior que creó junto a su marido Carl, Old World Weavers, que le llevó a tener clientes como Greta Garbo, Patricia Nixon y Estée Lauder y a decorar la Casa Blanca para nueve presidentes, desde Harry S. Truman hasta Bill Clinton. Esta es su trayectoria.
Estilo propio desde niña
Iris Apfel nació el verano de 1921 en el condado de Queens, Nueva York. Durante la Gran Depresión —la crisis económica que empezó en Estados Unidos en 1929— sus padres tuvieron que trabajar duro, así que la pequeña Iris asumió algunas responsabilidades. Aprendió a moverse sola por las calles de Nueva York y a gastar el dinero con pericia. A los 11 años hizo su primera inversión de moda (un broche que compró por 65 centavos en una tienda de Greenwich Village) y diseñó su primer dormitorio: «una habitación realmente sensacional. Compré telas para hombre y pinté las paredes de negro «, afirmaba en una serie de charlas para la serie «Iris», que se puede ver en el canal Netflix.
Una apasionada de las telas
Unos años más tarde, Apfel cultivó su afición por los museos y los libros. Estudió historia del arte en la Universidad de Nueva York y en la Escuela de Arte de la Universidad de Wisconsin, trabajó en la revista de moda Women’s Wear Daily y se dejó apasionar por el teatro y el cine. Así refinó un talento que sabría aprovechar más adelante, cuando ella y Carl Apfel (ya fallecido) crearon «Old World Weavers» en 1950, dos años después de su matrimonio. Se trataba de una exquisita fábrica de textiles que prestaba sus servicios de decoración a estrellas de Hollywood y que restauró los tapices de la Casa Blanca durante nueve administraciones.
Desde sus inicios, «Old World Weavers» se convirtió en una floreciente compañía de decoración de interiores, para la que los Apfels hacían frecuentes viajes a los mercadillos de antigüedades europeos y a los bazares y zocos del norte de África, adquiriendo muebles y telas antiguas con las que posteriormente decoraban algunas de las mejores casas de Estados Unidos, hasta su eventual venta a Stark Carpet en 1992.
Hoy Stark continúa emitiendo algunos de sus grandes éxitos, algunos de los cuales se pueden ver aquí, desde la tapicería Tigre hasta un damasco de oro diseñado originalmente para los Kennedy, que muestran la amplitud y los detalles de la imaginación de los Apfels y su exuberante excentricidad.
Supermodelo a los 97 años
Iris Apfel se define como «una criatura de la decoración». Su casa refleja el excéntrico gusto y la tremenda creatividad de su dueña; está llena de telas, exquisitos muebles europeos, artesanías de todos los continentes, recuerdos, libros, jarrones, velas, cuadros y tesoros de todo el mundo que adquirió junto a su marido en cada uno de los viajes que hacían y que ella ahora sigue realizando sola.
Su edad y su reconocido estatus como leyenda viva de la decoración de interiores, no han impedido que Iris Apfel cumpla su sueño de triunfar en el mundo de la moda. A sus 97 años, la neoyorquina acaba de fichar por IMG Models, la agencia que representa a supermodelos como Gigi Hadid, Gisele Bündchen o Karlie Kloss, entre otras. “Es muy divertido. ¿Quién me iba decir que a mi edad iba a ser una chica de portada?”, afirma la ya modelo, que tiene un contrato hasta los 100 años.
A pesar de que ha sido ahora cuando ha fichado por IMG Models, Apfel ya lleva tiempo siendo un icono de moda y haciendo sus pinitos como modelo, protagonizando varias campañas publicitarios para MAC Cosmetics, firma para la que diseñó una colección vibrante de labiales, sombras y polvos inspirados en ella, o Kate Spade.
Su pelo blanco, los labios rojos y las enormes gafas redondas de pasta negra se han convertido en las señas de identidad de esta neoyorkina que confiesa estar «muy emocionada porque nunca tuve un representante adecuado. Siempre me he dedicado al mundo de la decoración y jamás esperaba que mi vida tomara este giro, así que nunca me preparé para ello”, señaló en una entrevista.
No cabe duda de que su estilo ha roto moldes, cuando con su peculiar gusto ha demostrado que la moda es pura intuición y que combinar piezas de diseño con ropa de mercadillo no solo está permitido, sino que es una forma de triunfar haciendo caso omiso de los estereotipos. Confiesa tener especial preferencia por los accesorios, «lo más importante si se poseen algunas prendas básicas son los complementos que pueden convertir un look de día a uno de noche. Y de todos ellos, la joyería es lo más, porque cuando la cambias, transformas tu estado de ánimo: puedes verte seria, divertida, sexy…»
Iris Apfel aún se asombra de estar tan activa a sus 97 años. Es habitual verla en el blog Advanced Style, un claro ejemplo de que la moda no entiende de edades, y que el estilo no es una ciencia exacta. Hoy sigue trabajando, diseñando gafas, bolsos, zapatos y piezas de joyería. Además, puede presumir de tener su propia muñeca Barbie, que se inspira en sus rasgos más característicos y, como buena celebrity que es, cuenta con sus propios emojis, imprescindibles en todo smartphone amante de la moda que se precie.