Chillida Leku: nueva vida para el museo soñado por Eduardo Chillida
Chillida Leku, el museo al aire libre fundado en vida por Eduardo Chillida en el caserío Zabalaga, vuelve a cobrar vida después de casi diez años semiclausurado. Y lo hace con «Ecos», una amplia exposición retrospectiva que recorre toda la trayectoria del gran escultor donostiarra en la que se puede contemplar sus grandes obras tanto al aire libre (donde las piezas se mezclan con hayas, robles y magnolios) como en el interior del caserío.
Comisariada por Ignacio Chillida, la exposición reúne más de noventa piezas –obra en hierro, granito, alabastro, yeso, papel donde el relieve y el vacío cobran especial importancia y la tierra chamota–, trazando un completo recorrido que abarca desde finales de la década de los años 40 —unos años marcados por la figuración— hasta el final de su carrera, pasando por el descubrimiento del hierro como objeto de su trabajo y el desarrollo de su personalísimo lenguaje.
Las obras de esta primera muestra proceden no solo de la Sucesión de Eduardo Chillida, sino que también se incluyen piezas provenientes de préstamos de museos, instituciones y colecciones privadas que rara vez han sido expuestas anteriormente. Es el caso de las relevantes esculturas de hierro Deseoso (1954, procedente de Fundación La Caixa) y Del plano oscuro (1956, procedente de la Fundación ICO depósito Museo Reina Sofía), además de varias piezas destacadas como Hierros de temblor (1957), Yunque de sueños VII (1959) o Buscando la luz III (1997).
Chillida Leku vuelve a renacer
Abierto por primera vez en al año 2000, dos años antes de la muerte del escultor vasco, en 2011 cerró sus puertas debido a la crisis económica y por la falta de un modelo de explotación a seguir. Aunque, en realidad, el museo nunca ha estado cerrado del todo, puesto que durante casi la mitad de sus 20 años de existencia se podía acceder a través de visitas restringidas bajo un sistema de cita previa.
La reapertura de Chillida Leku, desde el pasado mes de abril, ha sido posible gracias al acuerdo de la familia del escultor con la todo poderosa galería suiza Hauser & Wirth, que ha pasado a representar en todo el mundo parte del legado de Chillida. Bajo la dirección de Mireia Massagué (anterior directora del Gaudí Exhibition Center de Barcelona), el museo busca convertirse una vez más en el lugar de peregrinaje para descubrir el talento de un artista que hizo de la geometría, su deseo de hacer visible el espacio y los materiales de tradición industrial del País Vasco –como el acero, la madera y el hierro– sus señas de identidad.
Actualización del museo
El arquitecto argentino Luis Laplace, conocido por sus trabajos de interiorismo y restauración respetuosa y sostenible, desarrollados en intenso vínculo con el arte, ha sido el encargado de dirigir el proceso de actualización del museo. Junto al arquitecto argentino, el arquitecto Jon Essery Chillida, nieto de Eduardo Chillida, y el paisajista holandés Piet Oudof han participado en el proceso de reacondicionamiento, tanto en las campas como en las distintas salas del caserío.
Sin grandes cambios en su esencia, la obra y el legado de Chillida, el museo ha apostado con fuerza por mejorar las infraestructuras y la experiencia de los usuarios. De esta manera, se han creado servicios de restauración –el Lurra Café liderado por el chef Fede Pacha–, se han renovado la tienda y sus productos, se facilita la compra de entradas por internet o se proporciona a los visitantes información sobre las obras a través de códigos QR gratuitos.
Una utopía hecha realidad
Eduardo Chillida (1924-2002) y su mujer Pilar Belzunce compraron en los años ochenta el caserío donde hizo realidad su gran sueño de mezclar arte, espacio y naturaleza con la creación de Chillida Leku: «Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y la gente caminara entre ellas como por un bosque”.
Tras quince años de trabajos de restauración y acondicionamiento del caserío Zabalaga, en las afueras de Hernani, a pocos kilómetros de San Sebastián, el escultor encontró el escenario idóneo para sus obras –un “lugar” (en euskera, leku)– donde las generaciones futuras pudieran conocer y experimentar su arte en un emplazamiento inigualable. El proyecto de rehabilitación fue llevado a cabo por el propio matrimonio en estrecha colaboración con el arquitecto vasco Joaquín Montero, que les ayudó a desarrollar esta visión sumamente personal del espacio expositivo.
La elección por parte de Chillida de esta ubicación para el museo refleja la conexión que mantuvo durante toda su vida con la comunidad local, el paisaje y la arquitectura del País Vasco. El edificio histórico, una construcción tradicional vasca construida en el siglo XVI, está rodeado por 11 hectáreas de terreno a lo largo de las cuales pueden admirarse cerca de 40 esculturas originales del artista entre las que destacan Buscando la luz I (1997) o Lotura XXXII (1998) realizadas con acero corten, un material con fuertes resonancias del pasado industrial de la región. Mientras que en el interior del edificio pueden visitarse las obras de menor tamaño, dibujos o incluso sus primeras esculturas de torso.
Datos de interés:
Chillida Leku. Barrio Jauregui, 66, Hernani
Entrada anticipada: www.chillidaleku.com
Abierto todos los días excepto martes
Abril – Septiembre 10:00 / 20:00 h
Noviembre – Febrero 10:00 / 18:00 h
Octubre 10:00 / 19:00 h