Atemporal y elegante, así es este proyecto firmado por ESs Interiores
La arquitecta de interiores Sandra Antón, fundadora del estudio ESs Interiores, nos comparte los detalles de uno de sus últimos proyectos: la reforma integral de un piso en el madrileño barrio de Salamanca. Este trabajo es una muestra de cómo la combinación de un diseño naturalista, piezas artesanales realizadas a medida y el aprovechamiento de la luz natural puede transformar una vivienda tradicional en un hogar funcional y acogedor.
La plena confianza de las clientas permitió al estudio crear un espacio único que cumple con las necesidades prácticas del día a día, con una estética atemporal que perdurará con los años.
La oportunidad llegó gracias a una de las vías más antiguas y efectivas: el boca a boca. «El cliente vino a buscarnos, como ocurre en muchos de nuestros proyectos«, explica Sandra. La recomendación personal sigue siendo una de las «redes sociales» más influyentes, especialmente en un sector como el interiorismo, donde la confianza en la experiencia del profesional es esencial.
Una nueva distribución moderna y funcional
La vivienda se encontraba en su estado original, con una distribución clásica que desperdiciaba metros cuadrados: un pequeño dormitorio junto al salón, cocina americana, un único baño, largos pasillos y un segundo dormitorio sin luz ni almacenamiento. «El objetivo era sacarle todo el partido posible en términos de funcionalidad y luz natural, con una decoración atemporal que envejezca con gracia» afirma Sandra.
Ahora el salón es una estancia amplia y luminosa –se eliminó un dormitorio para dárselo a este espacio– dividida en dos ambientes: zona de estar y comedor. La primera, orientada hacia las puertas acristaladas, se compone de dos sofás idénticos colocados en forma de L en torno a un juego de mesas nido con el sobre de piedra natural.
Las paredes decoradas con molduras, las cortinas, así como los apliques y la lámpara de techo refuerzan el estilo clásico contemporáneo de la decoración.
Espacios abiertos, pero perfectamente delimitados
El proyecto fue concebido para dos hermanas jóvenes que deseaban compartir vivienda en Madrid. Querían espacios abiertos, un salón amplio conectado con la zona de comedor y una cocina integrada. «El reto principal era crear un espacio luminoso y funcional que respondiera a las necesidades del día a día, sin perder elegancia ni coherencia estética«, comenta la interiorista.
El concepto central del diseño fue el naturismo, un enfoque donde predominan la sencillez y la armonía de los objetos. La intención era crear un espacio donde ninguna pieza sobresaliera por encima de otra, pero que en conjunto generaran una atmósfera única. «Nos inspiramos en la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, donde la arquitectura se funde con el entorno natural de forma mágica«, destaca Antón.
Sobre estas líneas, vemos el mueble a medida que sirve como elemento divisorio entre la zona de estar y el comedor. El televisor va integrado en un panel orientable para ajustar su posición en función de las necesidades del momento.
Encontrar un hilo conductor
El principal desafío fue mantener la coherencia en todo el proyecto. Sandra explica que eligieron como hilo conductor una paleta de tonos tostados, acompañada de detalles en bajo relieve de arco de medio punto, aplicados en puertas y mobiliario. «Queríamos que cada elemento, desde los tejidos hasta los acabados, se integrara a la perfección para crear un ambiente único y armonioso», añade.
Sobre este fondo neutro, destacan pinceladas oscuras a través de los radiadores antiguos pintados en color negro, tapicerías y el mobiliario de madera.
Cocina independiente
Unas puertas a medida separan la cocina del salón y, al ser correderas, se optimiza el espacio disponible. Tienen un diseño de inspiración art déco, con marcos negros curvos y paneles de cristal en tono ámbar, que ofrecen privacidad sin bloquear la entrada de luz.
Materiales y acabados de calidad
La cocina presenta una distribución en forma de L. Por un lado, se ubicó una barra de desayunos con encimera marmoleada y sillas tapizadas, y enfrente los hornos y armarios de suelo a techo, que optimizan el almacenamiento. En la otra sección de la L se encuentra la cocina propiamente dicha, con la placa de cocción y el fregadero.
Las texturas y colores juegan un papel clave en el diseño de esta estancia. Así, el revestimiento texturizado de la zona de comedor se alternó con superficies lisas en tonos neutros, como beige o crema. La iluminación, cuidadosamente planificada, incluye luces empotradas en el techo, tiras LED bajo los muebles y apliques de pared.
«Usamos porcelánico en acabado natural arcilloso y en grandes formatos para eliminar visualmente los encuentros. Los tejidos en tonos perla se contrapusieron a herrajes y griferías en gris antracita. Además, el material ‘krion’, con ondas orgánicas, fue clave en la encimera de la cocina», detalla Sandra.
Diseños a medida: la clave de la personalización
Cada pieza del mobiliario fue diseñada a medida por el estudio ESs Interiores, colaborando estrechamente con talleres artesanos. «Desde puertas y lámparas hasta mesas y asientos, todo fue hecho a mano para aprovechar cada centímetro de la vivienda«, explica Antón.
En el dormitorio que vemos sobre estas líneas se creó un ambiente sereno y equilibrado gracias al protagonismo de tonos neutros. La pared del cabecero se decoró con un papel con un delicado patrón vegetal, que aporta profundidad visual, mientras que el techo, forrado en un material texturizado, añade continuidad y calidez al conjunto.
La cama, vestida con ropa en tonos naturales, se complementa con cojines de diseño geométrico en colores mostaza, azul y gris, que ponen ese punto moderno y dinámico. A ambos lados, las mesillas minimalistas en blanco roto se combinan con lámparas discretas, y los armarios empotrados maximizan el almacenamiento sin romper la armonía del espacio. La lámpara de techo de formas orgánicas -un diseño de Marcel Wanders para Lladró– suma un toque escultórico y contemporáneo.
Un dormitorio pequeño, pero con mucho carácter
En la otra habitación, la pared principal se revistió con un papel pintado de gran formato con motivos florales en tonos verdes, rosados y burdeos, que queda matizado gracias a los tonos neutros de muebles y paredes. La cama se situó contra la pared bajo la ventana y dispone de cajones inferiores para almacenamiento. Junto a la mesilla de noche, se instaló un radiador vertical estilizado que queda perfectamente integrado en la decoración.
¡Y dos baños!
En la reforma del piso, se añadió un segundo cuarto de baño, ya que antes solo contaba con uno. Uno de ellos (imágenes 1 y 2) se distingue por un estilo sobrio y moderno, con una paleta de colores neutros y detalles minimalistas. El lavabo tiene un diseño suspendido y va acompañado de un mueble bajo. Las paredes se revistieron con azulejos de color beis y en la ducha se instaló un gran cabezal de efecto lluvia. La iluminación indirecta resalta las texturas del espacio, además de aportar calidez y elegancia.
El segundo baño (imagen 3) es algo más atrevido. En este caso, se ombinó un revestimiento con un patrón gráfico en tonos marrones y naranjas con piedra natural en las paredes más expuestas a las salpicaduras de agua.
La relación con las clientas fue excelente desde el inicio. «Nos dieron plena confianza en el diseño, dejando todas las decisiones en nuestras manos. Después de establecer las necesidades básicas, sólo se interesaron por ver la vivienda terminada», recuerda Sandra. Esta libertad creativa permitió al estudio volcarse en cada detalle, asegurando que el proyecto reflejara su visión a la perfección. «El momento más gratificante fue entregarles su casa y ver su felicidad al descubrir el resultado final», concluye la interiorista.
Fotos: Lupe Clemente