Apartamento urbano en clave femenina
Un señorial edificio de viviendas, de finales del siglo XIX, enclavado en pleno barrio de Salamanca, fue el edificio que acogió la edición de Madrid en 2010. Allí, un equipo multidisciplinar de 120 profesionales, entre interioristas, arquitectos, paisajistas y artistas, fueron los encargados de dar vida a un total de 65 espacios para deleite de los amantes de la decoración.
En aquella edición, entre otras tendencias decorativas, pudimos ver como el estilo urban chic, identificado con apartamentos y lofts de grandes urbes como Londres o Nueva York, se hacía un hueco en la Exposición con sus propuestas atrevidas, llenas de color y originalidad. El mejor ejemplo lo encontramos en el loft creado por la estilista de interiores Encarna Romero para El Corte Inglés que os enseñamos a continuación.
Un espacio joven y atrevido
Con el nombre de «Atrévete si puedes», este espacio se presentaba a los visitantes como un lugar urbano, estimulante y vital pensado para sentirse a gusto y ser feliz. Estaba organizado en tres ambientes en el que salón, comedor y cocina se fundían cómodamente en una sola estancia; a continuación, se encontraba el dormitorio, levemente separado por un panel translúcido de techo a suelo. También contaba con una zona de trabajo.
Zona de estar colorista
Las formas curvilíneas, tan peculiares en aquellos momentos, fueron un denominador común para el diseño del mobiliario de la zona de estar. De este modo tanto el sofá como las mesas, los pufs y la mecedora fluían en consonancia perfecta con sus formas redondeadas.
En la decoración de este ambiente se utilizó el color de forma desenfadada y sin reservas, mezclando tonos lisos como amarillo, rosa turquesa, rojo, verde y azul con rayas multicolores y estampados de inspiración gráfica como el papel pintado en blanco y negro, que cubría una de las paredes, y los estampados afines en cojines. El parqué original del edificio se pintó con un diseño geométrico colorista que simulaba una alfombra y contribuía a delimitar el ambiente.
Cocina y comedor
Con una puesta en escena dinámica y funcional, la cocina se organizó en torno a una isla adosada a una de las paredes que funcionaba a doble cara, destinada a la zona de aguas y cocción, unificada por una encimera de mármol y muebles de almacenaje inferior. Este espacio contaba también con un comedor de diario, en el que una mesa blanca se rodeó de sillas de colores atrevidos en cuatro tonos diferentes, cumpliendo con otra de las tendencias de aquel momento: romper con el juego de comedor perfecto y apostar por una combinación dinámica y atrevida, mucho más divertida y versátil.
El dormitorio en femenino
En este encantador ambiente, que aunaba alta decoración y máxima comodidad, llamaba especialmente la atención la pared del cabecero, decorada con un espectacular papel pintado inspirado en un plano de Madrid. Con un toque femenino, los tonos rosas, turquesas, verdes y amarillos de este frente de pared se combinaron con una ropa de cama en tonos coordinados: telas lisas y con estampados florales sobre fondo blanco.
A los pies de la cama, se colocó una zona de baño, con la mítica bañera Cleo en tono lila y patas de león en blanco, de Jacob Delafon, que otorgaba un toque romántico a la decoración. A un lado, apoyada en una pared de azulejos simétricos, un coqueta cómoda vintage se convertía en un mueble de lavabo.
Zona de trabajo
La edición de 2010, estuvo marcada también por la vuelta del mueble lacado, en diferentes versiones y estilos: oriental, moderno, minimalista, clásico… Diseños a medida, de obra y milimetrados, con acabados perfectos.
Con el mismo espíritu colorista que reinaba en los ambientes de este loft, se decoró la zona de trabajo. Aquí, se combinó una pared en blanco y negro con otra en color verde aguamarina. Como se trataba de un espacio reducido, se utilizó un mobiliario ligero y funcional. Para aprovechar al máximo el espacio, se colocaron estanterías y baldas ligeras, así como una mesa de trabajo con sobre de cristal.
Fotos: archivo Casa Decor
