Claves para decorar el salón según Diego Rodríguez
El salón sigue siendo el centro neurálgico de la casa: el lugar preferido para compartir momentos con amigos y familiares, donde nos reunimos tanto en celebraciones especiales alrededor de la mesa del comedor, como en el día a día, frente al televisor para ver una de nuestras series favoritas o en nuestro rincón de lectura o relax para desconectar con un buen libro. Son muchos los usos que le damos a esta estancia de la casa, el corazón de la zona social. Por eso su decoración debe tener en cuenta muchos aspectos para conseguir recrear una atmósfera agradable, cómoda, que invite a estar y a quedarse. Pero además, el salón, igual que el resto de habitaciones de la casa, tiene que hablar de nosotros, de nuestros gustos, nuestro estilo de vida, nuestra personalidad…
Para orientarnos en esta tarea hemos consultado al interiorista y diseñador Diego Rodríguez, sin duda, uno de los nombres más reconocidos del interiorismo en nuestro país. Con él hablamos de la iluminación, de las piezas básicas o de algunos de errores que se cometen con frecuencia a la hora de decorar un salón.

¿Por dónde empezar?
Si la cuestión es decidir entre la “caja” o el mobiliario, la respuesta está clara: siempre hay que partir del espacio. Tener en cuenta las dimensiones de la estancia y estudiar la luz natural que recibe para, a partir de ahí, ver cómo lo acondicionamos.
Primero hay que distribuir el espacio, y con sus medidas, elegir los muebles. “Suele ocurrir que mucha gente compra primero los muebles y al llegar a casa se encuentra con el problema de que no les encajan”, asegura Diego Rodríguez.

Pero ¿qué ocurre si tenemos muebles heredados o que hemos recuperado de una vivienda anterior? Para el interiorista, esto tampoco debería ser un problema, sino más bien todo lo contrario: esas piezas “hablan” de nosotros, de nuestra trayectoria, y serán las que aporten carácter y personalidad a nuestro salón. “Además, cuando uno se cambia de casa siempre suele ir a un espacio de un tamaño mayor”, comenta el interiorista. “Por tanto esas piezas siempre se podrán adaptar”.

¿Qué no debe faltar… o qué debe tener?
Otra de las cuestiones que surgen a la hora de diseñar un salón es cuáles son los elementos imprescindibles, esas piezas que no pueden faltar –el sofá, la mesa de centro, una librería…–, pero Diego Rodríguez nos aconseja que, mejor que eso, nos planteemos qué debe tener. Como él mismo dice: “Un salón tiene que estar diseñado y proyectado para quien lo vive”. Más allá de modas o tendencias, de crear un salón “de revista”, hay que lograr un espacio cómodo, “que reúna la sensación de tu forma de vida”.
Un salón debe tener todo aquello que sepamos que vamos a necesitar. Si nos gusta escuchar música, tendremos que equiparlo con un buen equipo de sonido; los amantes de la lectura, deberán tener sus libros a mano y, por tanto, un lugar donde almacenarlos… Según el interiorista: “No deben faltar todos los elementos que sean partícipes de tu vida. Y como complemento y para que ese espacio sea perfecto, una iluminación correcta”.

Lo más importante: una buena iluminación.
Llegamos al quid de la cuestión: cómo se debe iluminar un salón, pues de ello dependerá que logremos una atmósfera agradable, donde nos sintamos realmente a gusto. “Primero hay que estudiar la luz natural que recibe para después aportar la luz artificial”, nos cuenta Diego. Y eso lo haremos a lo largo del día, a distintas horas, ya que no es lo mismo la luz que recibe una estancia por la mañana que por la tarde para evitar saturar con puntos de luz.
Pero además de las dimensiones del salón o de la luz que recibe, a la hora de diseñar el proyecto de iluminación también hay que tener en cuenta los colores y las texturas que dominarán en la estancia. “Los colores y las texturas tanto de los muebles como de los paramentos marcarán las temperaturas de iluminación que se pueden utilizar”, nos explica.
Pero ¿cómo es ese proceso? Lo ideal es tener la oportunidad de conocer el espacio in situ. “Es distinto hacer un proyecto por un plano a tener la oportunidad de ir a la casa, de ver el espacio y decir: Éste es el espacio, el salón, que quiero hacer. Y partir de ahí empiezas a generar ese proyecto, en el cual, lógicamente, tienes que contar con la iluminación, con las texturas, los colores, con los materiales que eliges para el suelo y las paredes… ver cómo puedes jugar con estos elementos para que, luego, a la hora de iluminar lograr un resultado perfecto”.
Lo cierto es que todas las decisiones, o elecciones, van encadenadas. “Cuando tú haces un proyecto completo, ya el proyecto va estudiado con iluminación, con texturas, con color, qué tipo de foco, si es una iluminación perimetral… todo en función de cómo distribuyas el salón”, asegura Diego.

“En mi opinión, últimamente se está abusando mucho de la iluminación perimetral. La iluminación de LED, mucho más fácil de colocar que los tubos fluorescentes T5 –un tubito muy finito– que se usaban hace unos años, y que al ser dócil y fácil de manipular, se puede colocar en cualquier sitio, ha llevado a una saturación. Ahora, en las revistas, todas las casas que ves llevan iluminación perimetral. Y no es nuevo, eso siempre se ha hecho, pero quizás ahora hay cierto abuso. ¿Podemos decir que es una tendencia? No. Las tendencias y las modas son peligrosas a la hora de hacer un espacio. Hay que hacer un espacio personalizado para quien lo va a vivir. Puede haber elementos que sean tendencia. Por ejemplo, el color. Ahora viene los verdes, pero ¿y si no te gusta el verde? No por qué esté de moda el verde, te voy a pintar tu casa de verde”.

¿Qué elementos son realmente imprescindibles? El televisor, la chimenea, un aparador…
El interiorista lo tiene claro: “Tener una chimenea yo creo que es el sueño de todo el mundo, pero hay veces que, por instalación, dependiendo de dónde tengas la casa, puedes hacerlo o no. Las chimeneas de bioetanol o las de vapor son, sobre todo, decorativas. Lo que te aporta una chimenea real no te lo va aportar ningún otro elemento, aunque son soluciones decorativas muy bonitas”.

¿Y qué ocurre con el televisor? El televisor es ese elemento que nos acompaña y, cada vez, buscamos pantallas más grandes. Aunque eso sí: también es cierto que en muchos casos queremos que quede oculta. “ Ahora la gente demanda que esté la tele, pero que no se vea. Es un mundo que ha evolucionado tanto que incluso hay televisores que cuando están apagados son como un cuadro”, nos explica Diego.


Pero si hay un elemento que es realmente imprescindible para lograr un salón perfecto es una buena librería. “Y no es para llenarla de “cacharritos” y recuerdos de viajes. Tiene su función, que es guardar libros. El buen lector siempre va a estar rodeado de libros. Libros de lectura, de viajes, de arte… Puedes hacerla a medida para aprovechar mejor el espacio y adaptarla a los libros que tienes o bien optar por un modelo estandarizado”.


El arte, no sólo es imprescindible en nuestra vida, sino que, además, enriquecerá y revalorizará la decoración. Y la cuestión no es sólo saber elegirlo; “también saber colocarlos a la altura correcta y saber iluminarlos. La iluminación que debe tener el arte es su propia atmósfera, pero no el foco “achicharrando” porque desvirtúa y altera los colores, le quitas la magia a la pintura”.
“Y tampoco hay que obsesionarse por tener un Miró. Si te gusta el arte y empiezas a investigar, descubres artistas nuevos, maravillosos, que con el paso del tiempo llegarán a otro nivel. Actualmente, es posible acercarse al mundo del arte desde una forma económicamente accesible. El arte hay que saber mirarlo y nunca comprar por internet. Internet te ayuda a descubrir, pero si decides comprar, mejor verlo, ya que la foto que tú ves de la obra te puede estar engañando y quizás el artista, más que el pintor, sea el fotógrafo”.

Otros elementos que completarán nuestro salón y harán de esta estancia un lugar cómodo y apetecible son “un buen sistema de sonido –especialmente, si eres un amante de la música–, una alfombra, jugar con las texturas, que sean muy naturales. Y sobre todo una iluminación que haga de ese salón un espacio realmente acogedor”.
¿Y qué errores se suelen cometer?
Para Diego Rodríguez, los errores más frecuentes son no guardar las proporciones y no saber cómo tratar la luz natural. ¿Cómo los evitamos?
Para no caer en la primera cuestión, el interiorista recomienda elegir piezas con unas medidas que se ajusten a las dimensiones del salón, poner los elementos justos que el espacio requiere. “Lo más importante en un salón es que todo guarde proporción, nada tiene que salir de contexto. Muchas veces cuando vemos un espacio decimos, “sí, esto tiene algo”. Nos gusta mucho, pero no sabes por qué. Pero si empiezas a analizar te das cuenta de que todo tiene proporción, que tienes unas texturas, unos colores, unos tejidos que son los adecuados, una gama de color que no te cansa, que te relaja… todo eso es sumamente importante”.

En cuando a la iluminación, “hay que conseguir regularla para que no haya un exceso; estudiar qué sistema utilizar, qué tipo de estor elegimos para tamizar esa luz natural… Hay que conseguir que el espacio siempre sea tremendamente acogedor, de día de noche, con luz natural o con luz artificial. Y es que saber iluminar no es fácil. Es un ejercicio bastante complicado. En términos generales, se excede uno siempre a la hora de colocar puntos de luz. En un espacio que tú habitas día a día, es mucho más acogedora una luz ambiente, la luz de una lámpara auxiliar, y la luz de techo, la puntual, pero no hay por qué “coser” los techos con puntos de luz”.
En definitiva, al decorar un salón hay que huir de las modas y no sentir nunca que el salón es nuevo, sino que es un espacio vivido, que invita a estar.