Casa Decor se celebró en la Manzana de Canalejas en 2007
Estábamos deseosos de poder entrar, por fin, en el Centro Canalejas Madrid, un ambicioso proyecto que incluye el primer hotel de lujo de la cadena Four Seasons, una exclusiva galería comercial, viviendas particulares y una zona gourmet capitaneada por Dani García. Pero nuestra expectación no era tan solo por ver el resultado de este macro proyecto que ha tardado 7 años en materializarse y que ha afectado casi 8.000 metros cuadrados de superficie en siete edificios. Hace 13 años, en 2007, Casa Decor celebró sus 15 años en tres de los edificios que conforman este conjunto, y en el que se presentaron 67 espacios en un total de 3.000 m2. Como es lógico, teníamos una gran expectación por conocer el resultado tras más de una década que, desde luego, no ha defraudado un ápice.
Centro Canalejas Madrid
El ambicioso proyecto es una promoción de Centro Canalejas Madrid, que aúna tres grandes empresas: Grupo Villar Mir, OHL y Mohari. El proyecto arquitectónico ha estado a cargo del estudio Lamela y el impecable interiorismo de los espacios, de Luis Bustamante. En todos los aspectos, ha sido un reto sin precedentes en España, en el que han intervenido cientos de profesionales, entre ellos, artesanos y restauradores que han desmontado, catalogado y recuperado más de 16.700 elementos arquitectónicos de gran valor para luego recolocarlos: pináculos, vidrieras, mármoles, rejas, herrajes, molduras, lámparas, carpintería, cubiertas de pizarra…
La edición de 2007
En aquella edición, Casa Decor ocupó tres de los siete edificios que conforman la “manzana de Canalejas”. La entrada se realizaba por Alcalá 10, el antiguo Banco Zaragozano, y se salía por el edificio de la Plaza de Canalejas 1. Años más tarde, los tres edificios de Alcalá 8, 10 y 12 son adquiridos por el Banco Central Hispano para ampliar su sede y se crean accesos interiores que los comunican. En los años 90, tras una serie fusiones bancarias, toda la manzana se convierte en sede del Banco de Santander hasta 2004, cuando desplazan sus oficinas a las afueras de Madrid.
Sin duda, dada la tipología de los edificios, el recorrido de esta edición fue único y sorprendente, pues se pasaba de un edificio a otro transitando los mejores espacios de los inmuebles, incluyendo los despachos de algunos famosos banqueros.
Un laboratorio de ideas
Mucho antes de que se proyectara el complejo hotelero en esta portentosa manzana, los participantes de aquella edición ya advirtieron el gran potencial decorativo de estos magníficos espacios, de techos de tres metros, suelos de pino originales, molduras clásicas y carpintería de época. Es así cómo los 67 espacios proyectados se convirtieron en un laboratorio de ideas y creatividad, que dio paso a salones llenos de esplendor, suites de lujo, fastuosas zonas de baño y espacios conceptuales de gran impacto visual. Hoy repasamos algunas de esas propuestas en las que se adelantaban tendencias que pocos años después veríamos a pie de calle.
Propuestas modernas en entornos clásicos
Muchos interioristas aprovecharon el envoltorio señorial de los espacios para crear ambientes modernos sin tocar un solo elemento original. Así lo hizo Malales Martínez Canut, quien proyectó este apartamento de lujo en uno de los espacios más protegidos del edificio, que obligaba dejar intactos el color verde de la carpintería y las molduras doradas. La interiorista mantuvo los elementos clásicos aportando modernidad en el amueblamiento, materiales y obras de arte, y reservando algunos guiños clasicistas en piezas como las lámparas de araña del techo.
Respeto por los elementos originales
La distribución original de las estancias, comunicadas por puertas interiores, animó a los interioristas a proyectar un buen número de suites, entre las que destacamos la de Javier Castilla. “La caja era perfecta”, contó en su momento en relación con su espacio. “El objetivo era respetar al máximo el espacio existente introduciendo elementos arquitectónicos para actualizarlo y concebir un espacio muy real, donde se pueda habitar y sentir”.
Fiel a su estilo ilustrado y elegante, Javier Castilla mezcló piezas de diferentes épocas y procedencias, sobre una base beige neutra que salpicó con toques de azul ultramar, gris piedra, rosa y dorado. Las antigüedades, las obras de arte, los muebles de época y piezas Mid Century armonizaban en este espacio de lujo exquisito.
Clasicismo contemporáneo
La amplitud de los espacios, la altura de techos y los amplios balcones propiciaban el entorno perfecto para crear sofisticados salones, con propuestas decorativas innovadoras, como el juego de espejos envejecidos que Luis Puerta utilizó en la composición de su espacio. Un salón elegante y acogedor, en tonos neutros, donde destacaba la simetría de sus elementos, con pocas pero muy elegidas piezas originales y de anticuario. Toda una clase maestra de clasicismo contemporáneo.
Un loft de diseño
Aunque el concepto de loft se había integrado relativamente hacía poco a nuestro vocabulario, el loft de diseño que presentó Diego Rodríguez en aquella ocasión rompía todos los esquemas: un espacio de más de 100 metros cuadrados, en donde convivían holgadamente varias áreas bien definidas. La amplia zona de estar daba la espalda a una cocina de líneas depuradas en un solo frente. A su lado, una zona de despacho y, en el otro extremo, el dormitorio, apenas separado por una estantería divisoria, y el cuarto de baño, la única estancia privada del loft. Todo ello unificado por una imponente estructura de perfiles tubulares de acero corten, que creaba diferentes volúmenes en el techo. En suma, un prodigioso espacio, cuya elegancia y modernidad aún hoy nos dejan perplejos.
Propuestas de vanguardia
En un alarde de modernidad, Héctor Ruiz-Velázquez, siempre en su estilo vanguardista y rompedor, realizó una espectacular puesta en escena para el bar-restaurante de la firma Glenfiddich. Un espacio orgánico y sinuoso, revestido en madera, inspirado en toneles donde madura este preciado licor, a través del cual el visitante transitaba o permanecía envuelto en una acogedora luz ámbar, que resaltaba la fotogenia de las facciones y los elementos. Un espacio impactante, fluido y dinámico, muy poco habitual en los locales públicos de la época.
La década de la impresión digital
En la primera década del siglo XXI, la fotografía y la impresión digital se habían impuesto frente a otros recursos decorativos tradicionales, como las técnicas de pintura decorativa, que habían reinado en los años 90. La impresión digital descubrió un filón decorativo capaz de plasmar lo inimaginable. Prueba de ello fue este mágico espacio, realizado por Alicia Fernández y Paloma Muñoz, que sumergía al visitante en las profundidades marinas a través de una especie de Nautilius. Un espacio impactante e innovador en su momento, porque suelo, paredes, ventanas y techo retroiluminados eran obra del arte digital.
Otro excelente ejemplo de cómo la impresión digital revolucionó el interiorismo tradicional fue el “Apartamento de solterita”, que Amelia Arán proyectó pensando en los más pequeños, pero con exquisito gusto decorativo. En aquella época, el retrato digital sobre diversos soportes estaba en auge (cristal, tela, laminados, etc.), pero, además, la posibilidad de hacer impresiones en gran formato fue lo favoreció su uso extensivo con resultados tan impactantes como el que mostramos en la imagen.
Libertad creativa
Una de las razones por las que los profesionales vuelven, una y otra vez, a Casa Decor es porque tienen la oportunidad de dejar volar su imaginación y realizar espacios con total libertad creativa. De ahí que cada exposición resulte un crisol de estilos, tendencias y propuestas libres de condicionamientos. Buena muestra de ello fue el dormitorio infantil que las interioristas Olga López de Vera y Ana Fernández-Villaverde realizaron, un espacio de ensueño, casi de cuento. Su propuesta, aparentemente clásica, no obstante era muy innovadora: introducía una inusual tonalidad gris-violeta como un color infantil, el revestimiento del suelo era microcemento y se atrevía con una bañera de patas de león en color rosa. El resultado fue un espacio onírico y entrañable, que despertó la admiración, sobre todo, de las visitantes… ¡quién no hubiera querido tener un dormitorio así!
Casa Decor 2007 fue una edición muy especial, no sólo porque cumplíamos 15 años, sino también porque se realizó en una ubicación privilegiada. Grandes nombres del interiorismo nos acompañaron en aquella ocasión: además de los mencionados más arriba, contamos con Tomás Alía, Javier Muñoz, Raúl Martins, Erico Navazo, Pepe Leal, Rafa Sitges, Culdesac, Bernardino Rodríguez Alcalá, Jorge Varela, Pablo Paniagua… Y por supuesto, muchas empresas participantes siguen siendo hoy fieles a su cita anual con Casa Decor, como Ford, Valentine, Jacob Delafon, Niessen, Simon, Lladró, Samsung, Roca… Seguiremos cumpliendo años y celebrando con esta gran familia la magia de Casa Decor.