Paseo por espacios exteriores de distintas ediciones de Casa Decor
Jardines, patios, terrazas y azoteas han tenido un papel destacado en muchas ediciones de Casa Decor. Espacios exteriores que, por su diseño, su planteamiento o su capacidad para transformar rincones en desuso en zonas llenas de vida, han dejado huella. Algunos eran discretos; otros, protagonistas absolutos. Pero todos respondían al reto de crear un oasis funcional y estético dentro de edificios singulares. ¡Y qué edificios! Antiguos palacetes, embajadas, viviendas señoriales… lugares con historia que, en muchos casos, escondían exteriores que pedían a gritos ser recuperados (aunque solo fuera por unas semanas). Hoy repasamos algunos de estos proyectos.
«El espíritu del paseo»
El edificio de Velázquez 29, donde se celebró Casa Decor 2010, es un claro exponente de la arquitectura residencial del Barrio de Salamanca de finales del XIX. Su gran patio interior, la sobria fachada clasicista y su interior lleno de molduras y suelos nobles, sirvieron de marco para dos intervenciones ajardinadas muy distintas.
Una de las más singulares fue «El espíritu del paseo«, de F&G Paisajismo. El estrecho pasillo que conectaba el zaguán con las antiguas cocheras, convertido en espacio de paso de carruajes, se transformó en un jardín urbano. Los paisajistas aplicaron un rojo cálido a los muros, instalaron una pérgola de acero corten con banco tropical, y añadieron elementos contemporáneos. El agua, presente en una fuente de plomo, y una selección vegetal cuidada –boj, hortensias, bambú– completaron este recorrido íntimo y moderno.
«Con los cinco sentidos»
En el mismo edificio, el patio interior también fue protagonista gracias a la intervención de Vallivana de la Figuera. Bajo el sugerente nombre de «Con los cinco sentidos«, la zona se convirtió en una terraza multisensorial. Grava que crujía al caminar, agua fluyendo suavemente, aromas de lilos y tierra mojada, texturas naturales e incluso una mesa que incorporaba agua como elemento… Todo estaba pensado para despertar sensaciones.
«Oasis urbano»
Al año siguiente, en Casa Decor 2011, el paisajista Jesús Ibáñez firmó una de esas propuestas que dan valor a los espacios comunes. El acceso del señorial edificio de Jorge Juan 32, con su pasado burgués y sus múltiples fachadas, fue reinterpretado como un jardín sencillo y ordenado.
Un camino recto, casi ceremonial, con losas de pizarra y cantos blancos, flanqueado por maceteros negros con hayas y palmeras, daba la bienvenida a los visitantes.
«Érase una vez…»
En 2012, Casa Decor celebró su 20 aniversario por todo lo alto, en la antigua sede de la Real Compañía Asturiana de Minas. Uno de los espacios más recordados de esa edición fue el jardín que ocupó una de las torres del edificio, con vistas al Palacio Real. Allí, Lorenzo Meazza y Rocío Romero crearon un pequeño refugio encantado bajo el sello de Ikea. La terraza se cubrió de cantos blancos, se delimitó con celosías de madera y se protegió del sol con toldos floreados. Una terraza-jardín ideal para soñar despiertos.
«El jardinero indiscreto»
En la edición de 2013, el brutalismo arquitectónico de la antigua Embajada Británica contrastó con la calidez del jardín instalado en su patio central por Encarna Romero para El Corte Inglés. «El jardinero indiscreto» era más que un guiño al estilo inglés: mesas, sillones, camas al aire libre, sombrillas, casitas de madera… Todo estaba dispuesto para vivir el exterior en cualquiera de sus formas. Desde una terracita íntima hasta un rincón para tumbarse a leer, el patio se llenó de vida, vegetación y escenas cotidianas. Incluso se incluyó una estación de metro ficticia como bajada al sótano.
«Observatorio de nubes»
En 2015, el edificio de la antigua Fábrica de Ceras en Malasaña sorprendió con una terraza perimetral en su planta superior. Carolina González Vives ideó «The Azotea«, un espacio flexible y fresco donde la estrella fueron unas cubiertas inflables, ligeras y móviles, que simulaban nubes. Una instalación que combinaba tecnología, diseño y naturaleza.
«El dulcísimo jardín de Dulcinea»
En 2016, Fernando Pozuelo firmó un jardín escénico en el magnífico patio interior de Casa Palacio Atocha 34. Con más de 400 m², el espacio se convirtió en un pequeño paraíso verde. Macetas bien seleccionadas, superficies vegetales, iluminación cálida y mobiliario estratégico convirtieron aquel rincón en un lugar donde era fácil olvidarse de que uno estaba en pleno centro de Madrid. Todo tenía una lógica compositiva y estética, sin perder ese punto evocador que invitaba a quedarse.
«Un vergel de contrastes»
El paisajista Juan José García Moreno y el estudio DmasC Arquitectos dieron una vuelta de tuerca al concepto de jardín con su propuesta para el edificio de Francisco de Rojas, sede de la edición 2018.
El espacio se organizó en un pequeño jardín y dos invernaderos que albergan diferentes especies de plantas. Utilizaron variedades de impresionantes formas esculturales y de gran valor ornamental, con escasas necesidades hídricas y de bajo mantenimiento. Como vemos en la imagen que acompaña estas líneas, uno de los frentes se decoró con un mural de piezas cerámicas que simulaba un oasis.
«Un bosque en un ático»
En 2019, PIA Paisajismo nos dejó con la boca abierta con su «Bosque en un ático«. En una de las terrazas del cuarto piso, lograron un efecto de inmersión total: vegetación abundante, recorrido marcado por zonas de sombra, bancos integrados en jardineras, iluminación sutil… y una pérgola bioclimática que regulaba temperatura y luz.
Más allá de lo vistoso o lo fotogénico, estos jardines sirvieron para poner a prueba materiales, formatos y maneras distintas de entender el paisajismo dentro de una exposición. Cada uno tuvo que adaptarse al edificio, al espacio disponible y, muchas veces, a condiciones poco ideales. Aun así, se resolvieron bien y funcionaron.
Fotos: Casa Decor