Las hornacinas se hacen hueco en la decoración de interiores
En solitario o en grupo, las hornacinas vuelven a abrirse un hueco importante tanto en la arquitectura como en el diseño de los interiores actuales. Las nuevas tendencias decorativas incluyen las hornacinas como un recurso decorativo de primer orden para dar un toque especial a las paredes de nuestras casas.
En este post, te mostramos algunas ideas de como los arquitectos e interioristas participantes en Casa Decor 2019 han aplicado este recurso decorativo para crear focos de atención en las paredes de sus espacios. Desde las hornacinas más sencillas hasta las estructuras más innovadoras y atrevidas. Seguro que entre ellas, encuentras el modelo ideal para hacerle un hueco en alguna estancia de tu casa.
En pasillos largos y estrechos
Al no sobresalir de la pared, las hornacinas son una excelente idea a la hora de decorar un pasillo donde se hace difícil integrar muebles que no estrechen aún más la zona de paso. Estos huecos de pared, además de servir como espacio extra de almacenamiento, resultan ideales para tener expuestos nuestros objetos decorativos o colecciones más preciadas, como en esta dos propuestas.
Sinmas Studio decoró su pasillo con una elegante composición de hornacinas doradas en línea, donde se exponían piezas de porcelana de la firma Ladró; mientras que la interiorista Miriam Alía se decidió por un juego de hornacinas verticales y horizontales revestidas con piezas de mosaico de Sicis, que aportan dinamismo al espacio. El resultado es totalmente diferente, pero igual de espectacular en ambos casos.
Huecos decorativos
Como prolongación del despacho, proyectado por Ángel Verdú, en la pared del pasillo se abrieron dos huecos que se convirtieron en dos hornacinas idénticas con gran protagonismo decorativo. Revestidas en madera oscura para hacerlas destacar de la pared e iluminadas por dentro, poniendo el foco de atención en las piezas de utillaje de carpintería antiguas que se alineaban en las diferentes baldas. Sin duda, daban una verdadera sensación de librerías de arte.
Hornacinas comunicantes
Levantadas para crear las diferentes estancias interiores de una casa, a las paredes divisorias se les puede dar una función más creativa que la ser un mero elemento separador. En éstas se pueden abrir diferentes huecos decorativos, que permiten ir desde pequeños nichos ornamentales a grandes aperturas. Si el hueco es lo suficientemente grande, podemos aprovecharlos para crear una comunicación visual entre espacios, como ocurría en el restaurante AC Lounge, creado por el equipo de interiorismo de AC Hotels.
Colecciones ordenadas y a la vista
La interiorista Asun Antó y el equipo de Coton et Bois crearon un comedor de estilo campestre lleno de encanto. En este espacio destacaba una magnífica colección de soperas blancas del siglo XIX, cuidadosamente alineadas en una serie de hornacinas que rodeaban toda una pared, convirtiéndose en un elemento decorativo destacado del espacio.
Un asiento en redondo
Si la pared tiene el grosor suficiente, no hay límites para crear hornacinas fuera de lo común. ¿Una ventana? ¿Un asiento? Y porqué no las dos ideas a la vez. La imaginación y creatividad de los alumnos de ESNE, convirtieron un hueco abierto en la pared en un cómodo asiento curvo con vistas a un jardín imaginario, donde encontrar paz y confort. Y no solo eso, con su profundidad lograron dar mayor amplitud a una pequeña sala de estar.
Hornacinas en arco
Alejadas de su imagen más clásica, que definen las hornacinas como elementos arquitectónicos consistentes en huecos abiertos en la pared coronados por arcos en semicírculo, donde se solían colocar estatuas o jarrones, en esta edición de Casa Decor, hemos podido ver varias hornacinas en arco, pero en su versión más moderna y como protagonistas destacadas en las paredes de algunos de los espacios, mezclando materiales, texturas y colores.
En el vestidor. Como la que nos proponía Patricia Bustos en el vestidor con zona de baño “Wonder Galaxy”. Una gran hornacina central y dos laterales, en un juego de arcos y volúmenes asimétricos que daba una sensación de profundidad infinita, enmarcaban la bañera y los lavabos.
En el baño. En el espacio minimal Laufen, en el que las formas geométricas, las transparencias, las texturas y las superposiciones jugaban un papel fundamental, el diseñador Pepe Leal abrió un gran hueco rematado en arco donde situó la zona de lavabo, con un puntito rústico que le daba el interior de ladrillos.
En los aseos públicos. Líneas sencillas y simétricas realzadas por mármoles, maderas y latón daban vida a este espacio proyectado por Vatea Estudio. La zona de tocador estaba presidida por tres hornacinas en arco, con tres objetivos diferentes: albergar objetos decorativos; incorporar un asiento; y abrir un nuevo espacio.